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EL EVENTO (EREIGNIS) COMO CONCEPTO FUNDAMENTAL... 101 de ser como evento quiere sustituir a esa especie de ser en sí, en la que se tiende a pensar. Precisamente en este contexto hay que considerar el cuarto elemento: los dioses. Este concepto no tiene que ver con el Dios de la teología, ni pretende afirmar un politeísmo frente a un monoteísmo. Pero sí se contra­ pone al Dios de la metafísica, concebido como el sumo ente41. Los dioses aquí son vistos en relación con el ser y con el evento. Y dentro de estos conceptos, con el fundamento. Dios ha sido considerado como el funda­ mento último por la metafísica. En este contexto del evento el fundamento último se da en la apertura del evento, en el Da-sein, y éste, como hemos visto, es incomprensible, es abismo. Precisamente por esta imposibilidad de comprender el fundamento, se daría una pluralidad de fundamentos. Esto quiere indicar Heidegger con la expresión: los dioses. «La pluralidad de los dioses no se refiere a ningún número, sino a la riqueza interna de los fundamentos y abismos en el paraje del instante de la iluminación y ocultación de la señal del último D ios»42. Como hemos visto, la pregunta por el fundamento se impone, ya que el hombre, que ha sido visto como fundamento de la apertura, es él mismo fundado y se da dentro de una apertura que lo envuelve y lo usa. La metafísica ha buscado un fundamento absoluto en un ente sumo. Pero en realidad este fundamento absoluto se da ya dentro de la apertura originaria (Da-sein) y dentro también de la apertura que acaece en el hombre. Pero hemos visto que el hombre es él mismo fundado. Los dioses son esta contraposición al hombre, los que representan el estar fundado el hombre, el fundamento. Por eso Heidegger escribe entre paréntesis, después de los dioses, Da. Todo esto está ya dentro de la apertura del evento. «El ser se hace presente como el acto de acaecer y ser constituidos en lo propio (Er-eignung) los dioses y el hombre en su contraposición»43. Entender los dioses como fundamento significa no llegar al verdadero fundamento, al Da-sein, y esto constituye un obstáculo para pensar el even­ to. Por eso Heidegger habla de una desaparición de los fundadores para poder pensar el ser como evento. «Sólo si nos damos cuenta de la necesi­ dad exclusiva del ser y de que no se hace presente como el Dios; sólo cuando hayamos puesto en consonancia nuestra esencia con estos abismos entre el hombre y el ser y entre el ser y los dioses, sólo entonces empezarán 41. Cf. M. H e id e g g e r, ibid., pp. 437-439. 42. M. H e id e g g e r, ibid., p. 411. 43. M. H e id e g g e r, ibid., p. 477; cf. ibid., p. 413.

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