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80 JOSE-LUIS RODRIGUEZ MOLINERO En el estado de ánimo, el Dasein «abre» originalmente su «ahí»: «El estado de ánimo es la forma o modo de ser original del «ser ahí» en que éste es «abierto» para sí mismo antes de todo conocer y querer y muy por encima del alcance de lo que estos son capaces de ab rir»27. El estado de ánimo, el modo de hallarse, «abre» el ser del «ser ahí» como una carga, incluso insufrible —por ejemplo en un estado de ánimo largamente indefinido (Ungestimmtheit) —. E incluso un estado de ánimo elevado (gehobene Stimmung) que, de suyo, parece levantar esa carga, «abre» también, aunque sea de modo paradógico, ese carácter de carga inherente al ser del «ser ah í»28. El ser en un estado de ánimo, como ya he querido indicar alguna vez, nada tiene que ver con el modo de acceso al ser de «lo que está ante los ojos» por vía cognoscitiva. Esto quiere decir que en el estado de ánimo, en su sentido ontológico-existencial, el ser del «ser ahí» es más bien «abierto» afectivamente (Stimmungsmássig) ya siempre29. Dicho de otra manera: Quiere indicar que el «ser ahí» es traído o puesto ya siempre ante sí mis­ mo, pero no en el sentido de un encontrarse perceptivamente, sino en el de un hallarse afectivamente30. Los estados de ánimo, en el sentido ontológico-existencial, no deben, pues, ser colocados al bajo nivel de fenómenos concomitantes, al lado de la representación y de la voluntad31. Antes bien, Ies es propia una singular relavancia ontológica: En ellos, el ser ahí no es conocido en cuanto tal, sino que es, más bien, «abierto» en su ser como el ser que el «ser ahí» ha de ser existiendo. Es más, es «abierto» aunque el «ser ahí» no caiga en la cuenta, o no conozca, el estado de ánimo. Incluso aunque, o cuando, cotidianamen­ te «no busque que —los estados de ánimo— le abran lo que abren ni se preste a que lo coloquen ante lo abierto por ellos»31. Como es fácil de advertir, en el trasfondo de toda esta ontología feno- menológica de los estados de ánimo se revela, o está presente, la repercu­ sión que, como en toda su filosofía, tiene la ya mentada distinción funda­ mental, establecida pro Heidegger, entre el desviado planteamiento tradi­ cional de la metafísica, centrado en el cogito, en «lo que está ante los ojos»; y el planteamiento o indagación acerca del sentido del ser, pretendida por el gran filósofo de la existencia, enraizada en el sum, en el ser del «ser ahí». 27. Cfr. Sein und Zeit, p.135;trad. p. 152. 28. Cfr. Sein und Zeit', p.134;trad. p. 151. 29. Cfr. Sein und Zeit, p.134;trad. p. 152. 30. Cfr. Sein und Zeit, p.135;trad. p. 152. 31. Cfr. Sein und Zeit, 1. u. cit.

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