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54 ARTURO LEYTE COELLO tareas inherentes a la constitución de su obra: revisar la historia acontecida de la filosofía como fundamento y posibilidad de pensar el Dasein; una historia de la filosofía que constituye una superación del platonismo, que como a Nietzsche, a Heidegger le resultaba imprescindible para pensar de nuevo el ser. Permitásenos decir a este propósito algo no suficientemente tenido en cuenta hasta ahora: no existe una obra cerrada llamada «Nietzsche», sino que más bien cabe hablar de dos obras: una, la que Heidegger escribe entre 1936 y 1946 y otra, la que publica en 1961. Entre ambas obras han transcurrido muchos años de camino filosófico y ha ocurrido una guerra, todo lo cual modifica ciertos puntos de vista, porque, en efecto, el «Nietzs­ che» es una obra abierta, en evolución, que acabará siendo en 1961 lo que desde luego no pretendía ser cuando se inició en 1936: una historia de la metafísica. LLegados aquí se hace preciso tratar dos cuestiones fundamentales: 1) Quién (o qué) es el Nietzsche de Heidegger. 2) Qué historia de la metafísica es esa que se oculta en la obra titulada «Nietzsche». En relación con la primera cuestión, «¿quién es el Nietzsche de Hei­ degger?», podemos dejar contestar al propio Heidegger, quien lo hace en un primer momento de modo negativo: «Quién sea Nietzsche, no puede ser experimentado por medio de un informe histórico sobre su biografía ni tampoco por medio de una presentación del contenido de sus escritos»2. Aunque de modo positivo diga: «Quién sea Nietzsche y, sobre todo, quién llega a ser, losabremos encuanto seamos capaces de pensar el pensamiento acuñado por éste en eltérmino «vo­ luntad de poder»3. Lo que le importa a Heidegger, entonces, es encontar: «La huella de este caminar del pensamiento hacia la voluntad de poder en la historia del ser»4. 2. M. HEIDEGGER, «Nietzsche», vol. 1, p. 473, Pfullingen 1961. 3. M. H eidegger , «Nietzsche», vol. 1, p. 473. 4. M. H eidegger , «Nietzsche», vol. 1, p. 475.

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