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NIETZSCHE DESPUES DE HEIDEGGER 51 sino a fijarnos en concreto en un texto muy localizado de Nietzsche que, según nosotros, ilustra un modelo determinado de «historia de la metafísi ca», además de una comprensión general de «historia», igualmente impor tante, muy caros a Heidegger. Se trata del primer tratado del libro «Para una genealogía de la moral», de 1887, del que se puede deducir una com prensión de «historia» que queda muy próxima a la de Heidegger. Recordemos la historia del tratado muy brevemente: Nietzsche cuestiona en el prólogo al libro el origen de las nociones metafísicas de bien y de mal y se pregunta por las condiciones y circunstan cias en que aquellas surgieron. En el parágrafo 4, Nietzche define el senti do originario de las nociones de «bueno» y de «malo». Como es sabido, hace sinónimos a los «buenos» de los «nobles», los «poderosos», los hom bres de posición superior, que acuñaron valores de modo inmediato, sin atender a objeto ni fin, porque sí, sin mediación. Lo «malo», por el contra rio, equivale a lo vulgar, plebeyo, bajo. Sólo a esos buenos en sentido originario les está permitido acuñar valores, pero sencillamente porque ya de suyo los acuñan inmediatamente. El cambio, la inversión (y «perversión») comienza cuando los malos en sentido originario, engendran a su vez valores, unos valores que no pueden ser tales que tengan un correlato inmediato en la realidad, como en el caso de los buenos, porque les queda vedada «la reacción de la acción», y tienen que ser así valores «imaginarios», «inteligentes», o, lo que es lo mismo, ideales. Comienza la rebelión de los esclavos. En el parágrafo 11 se explica cómo ocurre esa suerte de transvaloración por medio de la cual lo que antes era bueno, y sigue siendo lo originariamente bueno, pasa a ser entendido como lo «malvado», y lo que antes era «malvado» y sigue siendo lo originariamente «malvado» pasa a ser entendido como lo «bueno». Ha nacido el reino de la inacción, del idealismo, en suma, de la metafísica, con todo lo que de peyorativo tiene eso para Nietzsche. Con el cambio, con la inversión, han nacido las ideas y los ideales, porque los valores de los esclavos tiene que cristalizar, al no poder hacerlo de otra manera, como ideas. Pero estas ideas no tienen ninguna vida, no son, o si se quiere, son bajo una forma no real, no verdadera, ligada al lugar de su origen. No son nada. Desde el punto de vista del único ser que hay, el físico, ligado a la vida, las ideas son «nada». Con la metafísica surge simultáneamente el nihilismo. Esta es, sumariamente contada y a partir de la fábula moral del tratado, la concepción que hace sinónimos a metafísica, idealismo y nihilismo, y que puede leerse a partir de Nietzsche.
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