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50 ARTURO LEYTE COELLO en la misma medida que de Aristóteles y Kant. Discernir en qué sentido concreto es decisiva la influencia de Nietzsche para Heidegger, es precisa­ mente nuestra tarea en lo relativo al primer sentido del «después». b) Pero por otra parte existe otra forma de entender el modo en que Heidegger viene después de Nietzsche, que es considerando precisamente en qué sentido Heidegger puede ser comprendido como filósofo, no des­ pués de la persona Nietzsche, sino después de la obra «Nietzsche», que como hemos anunciado ya, no es la obra sobre una persona, sino el nombre o el título escogido para un pensamiento que resume todo un modo de hacer filosofía. Tenemos que considerar por separado uno y otro sentido de ‘posteriori­ dad’, pues no se trata de una simple relación, sino de una que tiene por lo menos dos sentidos, la que va de Nietzsche a Heidegger y la que vuelve de Heidegger a Nietzsche. Según el primer sentido, tenemos que dilucidar qué aspecto del pensa­ miento de Nietzsche, no tematizado por Heidegger, resulta revelador de la comprensión heideggeriana de la historia de la filosofía. Según el segundo, tenemos que dilucidar en qué consiste la interpreta­ ción heideggeriana de Nietzsche, que nosotros sólo entendemos como la formulación por parte de Heidegger de una historia de la filosofía. P rimera parte Muchos son los aspectos de la filosofía del Nietzsche maduro que tuvie­ ron que fascinar al joven Heidegger, quien nacía en la misma época del Nietzsche que luego habría de admirar más: el de los años de 1887 a 1889. (A veces se olvida esta cercanía biográfica, que en este caso eleva a personal una relación ineludible por muchos motivos: «Ser y tiempo» salió a la luz sólo cuatro décadas después de la obra filosófica madura de Nietzsche). De esta multitud de aspectos del pensamiento de Nietzsche, dos son decisivos para Heidegger y van a ocupar también una posición privilegiada en su propio pensamiento: la dimensión crítica de la metafísica, que se ha vuelto en Nietzsche —como lo va a ser en Heidegger—inherente al propio pensamiento filosófico y la importancia del tiempo como noción angular, si cabe positiva, de ese mismo pensamiento filosófico. En Nietzsche, la formu­ lación crítica y el pensamiento positivo se dan la mano, constituyendo una doble tarea inseparable, equivalente a la que hemos señalado como doble tarea de Heidegger, naturalmente con muy diferentes sentidos en ambos. No vamos a referir aquí el contenido de la doble tarea en ambos,

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