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Nietzsche despues de Heidegger 1. En primer lugar, me gustaría señalar lo adecuado del título de este Encuentro en lo que respecta a la primera palabra del tema general «Acer­ camiento... a la obra de Martin Heidegger», y esto porque este título deja ya sentado, antes de comenzar, un resultado: que no vamos a llegar, que, en el mejor de los casos, sólo nos vamos a acercar. Y lo digo naturalmente sin ninguna ironía, porque así me resulta tranquilizador. Desde luego, la forma en que aquí no vamos a llegar, tiene un carácter muy distinto del que tendría si este Encuentro tuviese como tema a Platón o Descartes. Tratándose de Heidegger, no vamos a llegar, en cierto modo, porque no podemos llegar por mucho que nos esforcemos, pues es todavía muy difícil, sino imposible, estimar en qué consiste la llamada «filosofía de Heidegger», tan difícil, si cabe, como estimar en general en qué consiste hoy la filosofía. Y esto último, en parte muy decisiva, por culpa del propio Heidegger. En efecto, es por Heidegger por quien casi llegamos a saber que lo que haya que hacer y decir filosóficamente, ya está hecho y dicho, precisamente en esa enorme historia de la filosofía que se abre a los ojos del arqueólogo más que a los del filósofo. O lo que es lo mismo, expresado algo drástica­ mente: que ya no hay filosofía, que la filosofía es ya sólo pasado y lo único que nos queda es historia de la filosofía, porque todo ha sido ya dicho, a excepción, curiosamente, de en qué consiste esa filosofía que ya ha ocurri­ do, esa filosofía que no fue sólo un discurso sobre sí misma, sino un discur­ so sobre el todo, y que por eso mismo hipotecó, aunque magníficamente, aunque grandiosamente, el sentido mismo del pensar. Así entendida, la tarea del filósofo actual consiste en hacer historia de la filosofía, lo que ocurre es que al hacerla, si se hace en el sentido en que la hizo Heidegger, se acaba volviendo a lograr de nuevo una peculiar manera de hacer filoso­ fía: hermenéutica. Mi ponencia «Heidegger después de Nietzsche» pretende ser una con­ tribución limitada a uno de los aspectos más graves de lo que, en última instancia, podemos llamar «Filosofía de Heidegger», la relación de Heideg­ ger y Nietzsche. Y hemos escogido esa relación porque estudiar el tema Nietzsche-Heidegger equivale precisamente a estudiar ese mencionado

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