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KIERKEGAARD Y HEIDEGGER: LA VERDAD DE LA FILOSOFIA 35 o eterna es la preocupación máxima de EfterskrifP1. Ello le conducirá a una reinterpretación del yo (el sí mismo: Selvet), que no es un yo mientras piensa, sino que tiene los caracteres de una relación triádica desde varias esferas y que, incluso, se convierte en una relación relacionada con una instancia nueva, desconocida, pero que está ahí actuando32. ¿Cómo concluirá este planteamiento de Kierkegaard sobre la verdad? Kierkegaard vuelve de nuevo a la pregunta para mostrarlo. «Cuando se pregunta objetivamente por la verdad, se reflexiona objetiva­ mente sobre la verdad como un objeto con el que se relaciona el cognoscente. No se reflexiona sobre la relación, sino sobre que aquello con lo que él se relaciona es la verdad, lo verdadero. (...) Cuando se pregunta subjetivamente por la verdad, se reflexiona subjetivamente sobre la relación del individuo; cuando este cómo de la relación está en la verdad, el individuo está en la verdad, incluso si se relaciona con la no-verdad » 33. En esta frase subrayada enteramente por Kierkegaard hay varios ele­ mentos destacables: Primeramente se llama la atención por la pregunta sobre la verdad. En la pregunta no está la respuesta, pero sin una pregunta correcta jamás llegaremos a la verdad. El inicio del interrogante por la verdad predefinen la verdad misma. En segundo lugar, ¿qué es lo determinante para formular debidamente la pregunta por la verdad? Kierkegaard no titubea en la respuesta: el inte­ rés del existente, del interrogador con toda su existencia, en la pregunta- respuesta sobre la verdad. La conclusión es clara: en el concepto mismo de verdad «objetiva» está instalado y predeterminado el falseamiento de la verdad como verdad. Rechazada la vía objetiva como ruta auténtica hacia la verdad, hemos de indagar en la otra dirección, la subjetiva. «La reflexión subjetiva se vuelve hacia el interior en busca de la subje­ tividad y quiere en esta interiorización ser la verdad; y de la misma manera que anteriormente, cuando se insistía en la objetividad, desaparecía la sub­ jetividad, aquí la misma subjetividad permanece lo último, y lo objetivo, lo desaparecido»34. ¿Qué significa todo esto? En el interrogante sobre la verdad, el sujeto existente cognoscente llega a un punto en que la objetividad no puede dar ya razón de la 31. La explica en el prólogo a Efterskrift. Cfr. Samlede Vaerker, VII, pp. 1-10. 32. Nos referimos a la definición dada en Sygdommen til Deden. Samlede Vaerker, XI, pp. 143-144. 33. Samlede Vaerker, VII, pp. 184-185. 34. Samlede Vaerker, VII, p. 182.

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