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KIERKEGAARD Y HEIDEGGER: LA VERDAD DE LA FILOSOFIA 43 misma una relación plural, compuesta de más «elementos» que los dos supuestos obviamente desde Aristóteles. Esto implica un replanteamiento total y radical de la filosofía desde la pregunta inicial, desde el mismo interrogar del comienzo, donde sólo se dará validez a aquel ejercicio que ponga en juego todos los factores esenciales. No es extraño que la concep­ ción de la verdad en Kierkegaard y Heidegger remita a la pregunta misma de donde arranca la filosofía, la pregunta fundamental, y que Heidegger referirá últimamente a la pregunta por el ser y la nada66. A sí logra intuirse en ambos planteamientos algo que está más al fondo y que no puede faltar en la cita de la verdad. Kierkegaard lo denomina existencia (del sujeto único cognoscente). Heidegger lo ubica en la claridad de lo abierto que acaece en el desocultamiento del ser. La intuición de esa hondura de la verdad se hace más próxima entre ellos. Kierkegaard concibe el yo mismo como una relación que se apoya transparentemente en el Poder que la pone y define la interioridad como la transparencia del pensar en la existencia67. En el Congreso sobre Kierke­ gaard Heidegger vuelve a afirmar que á/\ñ0£ia hay que entenderla como lo Abierto mismo de la claridad (Lichtung) que permite al ser y al pensar estar presentes el uno en el otro y para el otro68. La diferencia de análisis e interpretaciones no ha de ser obstáculo para detectar la vecindad profunda que incluso podría estar calladamente insi­ nuada por el propio Heidegger. b) Como Habermas indica, Heidegger denuncia el desarraigo de la verdad proposicional y la devaluación del pensamiento discursivo69. De aquí se deduce una concepción de la verdad con una referencia esencial al tiempo y cuya formulación más acertada sería la verdad como acontecer. La tarea de la filosofía, el estricto filosofar en búsqueda de la verdad, cambia sustancialmente. Kierkegaard enuncia este giro como una interiorización. Interioridad, y sobre todo interioridad apasionada, es ir hacia dentro, es decir, interioriza­ ción70. En el momento y punto que ya no haya apoyo de la tierra ni del cielo, cuando la hondura sea total (70.000 brazas), ahí aparecerá la verdad de la existencia. 66. Cfr. M. HEIDEGGER, Was ist Metaphysik?, en Wegmarken, p. 122. 67. Cfr. S. K ierk eg aar d s Samlede Vaerker, XI, p. 145, 182, 272 y VII, p. 241. 68. M. HEIDEGGER, «La fin de la philosophie et la tâche de la pensée» en Kierkegaard vivant (Paris, Gallimard 1966) p. 196. 69. J. HABERMAS, El discurso filosófico de la modernidad, (Madrid, Taurus 1989) p. 187. 70. Samlede Vaerker, XIII, p. 475.

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