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UNA PECULIAR VUELTA A LAS COSAS 21 significado sólo por y para el hombre, como a su vez, actividades funda­ mentales del hombre adquieren su sentido de lo que la jarra significa. Situados así ante una cosa, en concreto una jarra, no se puede saber en qué consiste adoptando o el punto de vista de la representación (Vorste- llung) o el de la producción (Herstellung). Una jarra puede ciertamente ser representada, pero por ese procedimiento sólo se llega a ella como a un objeto, y la perspectiva de la objetividad no sólo no nos da a conocer el verdadero ser de la cosa, sino que nos cierra el paso al mismo49, sin duda, aunque Heidegger no lo dice explícitamente en este contexto, porque el hecho de poner las cosas frente a frente para reproducirlas luego subjetiva­ mente olvida, por una parte, que las cosas forman parte del mundo que el hombre mismo es, que son en esa medida ese mismo mundo, y porque ese modo de enfrentarse significa ponerse ya en el camino que lleva a ver las cosas no en cuanto cosas, sino en cuanto que corresponden a la «imagen» que de ellas nos formamos y de este modo se supeditan a nosotros mismos como a su medida. Tampoco se puede conocer la cosa en cuanto cosa desde el punto de vista de la producción (Herstellung); de una parte porque supone también, aunque no exclusivamente, el aspecto de la objetividad, pero sobre todo porque no es un aspecto originario: «La jarra no es vasija porque haya sido producida, sino que ha tenido que ser producida, porque es esta vasija»50. Con ello podría parecer a primera vista que, frente a la causa eficiente como elemento explicativo, Heidegger aboga por la causa ejemplar, unida a la causa final, en definitiva por un punto de vista más o menos platónico. Pero se apresura a cortar esa vía de interpretación, porque la idea platóni­ co (el eT8os o la i8éa que él reiteradamente traduce por aspecto (Ausse- chen), no sólo no desborda el punto de vista de la representación, sino que definitivamente lo confirma, puesto que el camino no lleva ya entonces por principio a las cosas, sino al aspecto bajo el cual las consideramos. Para saber lo que es una jarra es preciso, por así decirlo, ponerse en acción y hacerla ejercitar su función fundamental de ser vasija, de envasar; hay que empezar, con otras palabras, por llenarla de vino51. Esto supuesto, podría pensarse que el elemento explicativo fundamental para saber qué es la jarra, es la materia (Stoff) de que está hecha, el barro, p. ej., con el que se forman el fondo y las paredes. Y sin duda este aspecto es innegable, pero no es en modo alguno explicativo. Pues si se tiene bien en cuenta el 49. L. c. 50. O. c., 166. 51. O. c.} 167.

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