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De la religiosidad popular a los sacramentos de la fe La pregunta primera es acuciante, todo un reto: ¿qué es lo que celebra­ mos muchas veces en la Iglesia: sacramentos propiamente dichos de la Nueva Alianza o ritos de religiosidad popular? ¿Sacramentos de la fe o cultos de creencias religiosas? ¿Celebraciones de evangelio o meros actos sociales? O también: ¿Los sacramentos son tales independientemente de las condiciones sub­ jetivas de la fe y la intención de hacer lo que hace la Iglesia? Y remontándonos a la historia, ¿qué valor (salvífico) tenían los ritos y celebraciones de los «misterios» de la religiosidad popular de culturas y religiones extrabíblicas de ámbitos greco-romanos de zonas mediterráneas preferentemente agrarias? (siglos III a.C. al IV d.C. aproximadamente). He aquí unas preguntas que tienen que ser bien planteadas desde un principio en todo tratado de sacramentos propiamente dichos, es decir, «los sacramentos de la Ley Nueva o Evangélica» como dicen nuestros con­ cilios ecuménicos. Mi pensamiento personal es, como se demostrará a lo largo del trabajo, de valoración positiva de la religiosidad popular si se formula en la dinámi­ ca que va desde la religiosidad hacia la fe\ y positiva también la afirmación de la validez salvífica de aquellos misterios o «sacramentos» de la religiosi­ dad popular en el ámbito greco-romano (o en otros ámbitos más cercanos a nosotros, ¿y en nuestros días?) si tenían buena voluntad, fe implícita y puesto que estaban atraídos por la única gracia del único y universal Salva­ dor del mundo: Cristo Jesús. ¿Y nuestros sacramentos del evangelio? Son —y han de ser— sacra­ mentos de la fe. 1. Iniciación religiosa en religiones extrabíblicas La iniciación cristiana propiamente dicha y sus sacramentos, ¿son liqui­ dación total de la antigüedad religiosa extrabíblica? ¿Nacen nuestros sacra­ mentos desde cero y sin precedentes? ¿O tienen una dependencia y cuál

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