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LA FENOMENOLOGIA, METODO PREVALENTE EN EL ACCESO... 423 Vemos, pues, que la revelación divina se ha arropado en largas páginas bíblicas con la descripción y la narración. Ellas hacen acto de presencia por doquier, como en el gran momento señalado en que por Moisés Dios dice a su pueblo cómo debe confiar en El. Nos parece, por lo mismo, que el método expositivo de la descripción y narración hallan un respaldo bíbli­ co. Es cierto que la Biblia no pretende enseñar a filosofar. Pero es induda­ ble que ha contribuido no poco al desarrollo del pensar de occidente. Que lo sea también en esta ocasión. Sin embargo, apena tener que confesar cómo este lenguaje descriptivo y narrativo no ha sido suficientemente valorado y cultivado en los ambien­ tes eclesiales de los últimos siglos. Es de lamentar, sobre todo, esta falta de cultivo por los mentores de la vida mística. Y hay que subrayar que de este pecado los españoles no tenemos perdón de Dios, por tener ante nosotros el dechado de nuestros místicos, maestros de la más alta vida espiritual y maestros igualmente del mejor lenguaje para declararla. Baste recordar a la maestra incomparable Teresa de Avila25. De alma límpida y clara como su cielo natal, es en todas sus obras una maravilla descriptiva y narrativa de los misterios de su conciencia. La delicia incomparable de su lenguaje, todo concretez y viveza, es un vaso rebosante por el que nos da a beber el agua clara de su espíritu. En esta vía le sigue su máximo discípulo San Juan de la Cruz, quien prefiere a las fórmulas escolásticas, aprendidas en las aulas, el lenguaje vivo y usual. Este lo recrea para que transparente los estados de su ascensión mística26. Constata, sin embargo, el historiador de la mística carmelitana, P. Cri- sólogo que el P. José de Jesús María «es el último escritor descriptivo de la escuela. Después, nuestros autores seguirán el método rigurosamente científico»27. Efectivamente así fue. La escuela mística carmelitana optó desde mediados del siglo XVII, por «escolastizar» a sus grandes maestros. Tan a pecho toman este programa que logran que la mística en España entre por una paramera de siglos en los que sólo crecen y maduran zarzales escolásticos28. Y así hasta este nuestro siglo en el que despierta nuestra 25. Cfr. A. SÁNCHEZ MIGUEL, El lenguaje de Santa Teresa de Jesús , Madrid 1915; V. G arc ía DE la C o n c h a , El arte literario de Santa Teresa , Barcelona 1978. 26. Cfr. Dámaso A lo n so , La poesía de San Juan de la Cruz , Madrid 1946. 27. P. C risó go no de J esú s S ac ram en tad o , La escuela mística carmelitana , Madrid- Avila 1930, 165. 28. El mismo P. Crisógono nos muestra al P. Felipe de la Stma. Trinidad determinando las cuatro causas de la purgación pasiva del sentido: material, formal, eficiente y final. La mística hispana llega al pleamar de su «escolastización» en el Cursu Theologiae Mystico-Scolas- tiace del P. José del Espíritu Santo. Ya estamos con el siglo XVIII, en la estéril paramera de la vida mística.

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