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ETERNO RETORNO EN LA MENTALIDAD ARCAICA 393 el eterno presente de la contemplación?4. Ciertamente cualquier Tiempo sagrado es un Tiempo mítico primordial hecho presente; no transcurre, no se agota, es reversible y recuperable, pero paraliza toda espontaneidad creadora, aunque esto no implique una visión pesimista de la vida, porque el eterno retorno a las fuentes de lo sagrado y de lo real parece salvar la existencia humana de la nada y de la muerte5. ¿Se encuentra en cada reactualización la posibilidad de transfigurar la existencia? Sólo si entende­ mos esto como capacidad de asemejarla al modelo divino. Es la nostalgia de la perfección de los comienzos, pero esta nostalgia parece conducir fatalmente a una continua repetición. En mi opinión, esto impide toda posibilidad de libertad entendida desde nuestra mentalidad, aunque no desde la suya. Ciertamente el hombre arcaico es libre de anular su propia «historia» mediante la abolición periódica del tiempo y la regeneración colectiva6. Pero, ¿tiene el hombre arcaico, como afirma Eliade, derecho a considerarse más creador que el hombre moderno? Para las culturas cien­ tíficas, el futuro es un campo en el que no se puede actuar, su regularidad ha sido definitivamente constatada por el pasado. La realidad se ha hecho a sí misma, el destino puede a la intención. En este sentido, la vida es un perpetuo recomenzar de sí misma y no un proceso creativo, porque no es responsable de sí y nos remite a sus propias realizaciones7. Esto no supone descalificación alguna, ya que la visión del tiempo que propone el eterno retorno arcaico es de gran riqueza y capacidad sugeridora. El tiempo es destino, difícil de superar entonces, pero es también quien crea y destruye. ¿Causa de todo? Creo que lo eterno es concebido como algo que supera toda temporalidad, no un tiempo ilimitado, tampoco un tiempo absoluto. Hay, en la mentalidad arcaica, otras orientaciones que parecen conver­ tir la temporalidad en algo desprovisto de realidad. Quizá sería exacto acercarnos a este matiz entendiéndolo como ilusión cósmica. Lo eterno es aquí devorado por el tiempo. Podría entenderse esto desde una necesidad espiritual por superar el propio tiempo, capacitándole para aparecer como reflejo de la realidad formal de los seres. ¿No estaremos ante el descubri- 4. F. Jesi así parece creerlo, aunque su referencia es a la mitología griega o mejor a cierta mitología griega. Cfr. Mito, Barcelona 1976, 27. 5. Esta es la opinión de Mircea Eliade, que me parece interesante si se pone énfasis en la sacralización del tiempo, ya que, como él mismo señala, «La repetición despojada de su contenido religioso conduce necesariamente a una visión pesimista de la existencia» (Lo sagra- ./'» v lo profano, 4.a ed., Barcelona 1981, 95). 6. Mircea E liad e, El mito del eterno retorno, 6.a ed., Madrid 1985, 144. 7. La orientación que ofrece J. Ladriére es en este sentido y me parece muy acertada. Cfr. El reto de la racionalidad, Salamanca 1978, 99-104.

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