PS_NyG_1990v037n003p0391_0410

ETERNO RETORNO EN LA MENTALIDAD ARCAICA 403 Tomemos aun otro pasaje, situándonos ante un Zarathustra que dispo­ ne de tiempo. Aún no ha llegado su hora, su gran anhelo de alas ruidosas, y su sabiduría salvaje le transporta lejos... «Hacia allí donde todo tiempo me pareció una bienaventurada burla de los instantes, donde la necesidad era la libertad misma, que jugaba bienaventurada­ mente con el aguijón de la libertad: donde también yo volví a encontrar mi antiguo demonio y archienemigo, el espíritu de gravedad y todo lo que él ha creado: coacción, ley, necesidad y consecuencia y finalidad y voluntad y bien y m al»32. La creación orientada hacia el futuro redime el peso del tiempo, algo impensable en el eterno retorno arcaico. Estamos en el ámbito del juego. Es el juego de la libertad que implica el riesgo del fracaso: el peligro del espanto que toda libertad auténtica conoce. Es la inauguración de un tiem­ po en el que todo es posible. Ya no con la presencia, sino con la sombra del espíritu de la pesadez que impuso el mal sueño del bien y del mal. ¿Quieres aun bien y mal? Entonces crea, crea tu propio derecho. « —Como poeta, adivinador de enigmas y redentor del azar les he enseñado a trabajar creadoramente en el porvenir y a redimir creadoramente todo lo que fu e. A redimir todo lo pasado en el hombre y a transformar mediante su creación todo «fue», hasta que la voluntad diga: «¡M as así lo quise yo! Así lo querré». — Esto es lo que yo llamé redención para ello s»33. La voluntad de poder es capaz de superar toda barrera del pasado. Aquí nuestro eterno retorno no sólo es diferente al eterno retorno arcaico, sino opuesto a él, maravillosamente opuesto, porque sólo desde nuestro retorno puede entenderse la voluntad como liberadora y mensajera de ale­ gría, aunque la voluntad aún yazga prisionera y el mismo liberador esté encadenado por el espíritu de la pesadez. El cambio que propone Nietzsche en su eterno retorno de lo igual es el del querer. La voluntad sólo puede liberarse en el momento en que es capaz de volver a querer lo pasado no querido, desde una creación activa, recuperadora de toda existencia. La liberación de la voluntad está entonces en la posibilidad de volver a querer. Lo cual sugiere la reversibilidad del tiempo como voluntad creado- 32. F. NlETZSCHE, A sí habló Zaratustra: ‘De las tablas viejas y nuevas’, Madrid, Alianza 1985, 12.a reimpresión, 275: V I/1, 244. 33. Ibid.j 276: VI/1, 244-245.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz