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400 MARIA LUISA GARCIA GARCIA El destino eterno de Zarathustra reclama la necesidad de que el indivi­ duo reviva su individualidad desde la diferencia. Ahí está la riqueza del retorno, como señala Klossowski, en aquel «querer ser otro distinto a quien se es a fin de devenir quién se e s» 25. Se trata de ser lo suficientemente lúcido como para rebasar la identidad desde la propia experiencia. Pero, ¿es posible el eterno retorno? El hombre pequeño no lo hace insoportable, sino imposible, porque afirmaría un devenir nihilista: la ser­ piente no podrá ser arrojada. En los escritos reunidos bajo el título La voluntad de poderío, encontra­ mos nuevos matices que subrayan un devenir siempre afirmativo, siempre pleno de sentido para el eterno retorno nietzscheano. «Dado que el devenir se nos presenta como un gran anillo, todas las caras tendrían el mismo valor, serán igualmente eternas, igualmente n ecesarias»26. Es la expresión de esa «completa inocencia del devenir siempre igual en cada uno de sus momentos». Es el retorno selectivo que, en ningún caso, contradice la voluntad de poder. Es retomar el ser de lo que deviene; así el retorno mismo aparece como ley del devenir, como ser y como justicia. Sólo el ser es afirmación y sólo en el retorno aparece el ser en todo su sentido. ¿Coincidencia con el eterno retorno arcaico? Es posible, aunque con consecuencias bien diferentes, porque el ser del eterno retorno de lo igual es un ser en constante devenir, lo uno de lo múltiple en su esencia trágica. ¿Podría ser ese principio el de la repetición de la diferencia? Natural­ mente, entendido como lo uno que se dice solamente de lo que difiere. La verdadera realidad es el devenir, pero no un devenir de algo que ya es y que únicamente cambia, sino un devenir puro; es la misma vida presente en todo. El devenir del eterno retorno de lo igual es, tal vez, lo inaprehen- sible. Si nos colocamos en la perspectiva de Nietzsche, no podremos pen­ sar el ser como ser del ente, sino como devenir. Quizá la verdad del devenir como desvelamiento del mundo enlace perfectamente con una voluntad de poder como movimiento creador de las cosas. La creación doliente es, en Nietzsche, esencial y subraya una diferencia fundamental con el retorno de los primitivos pueblos, que luchan contra 25. P. KLOSSOWSKI, Nietzsche y el círculo vicioso, Barcelona, 1972, 145. 26. F. NIETZSCHE, La voluntad de poderío, Madrid, EDAF 1981, n. 291, 182.

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