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370 GERMAN ZAMORA páginas que ocupa este tratado, se encuentran noticias más instructivas, crítica más fina y erudición más útil que en otros grandes volúmenes de lógicas cuestionadas», palabras que traicionaban su inspiración verneiana. La lógica de Heineccius debería leerse en la antigua «cátedra de físicos», comenzando con el curso académico y terminando el 18 de junio, período suficiente para que los alumnos «lo pasen dos veces»; el tiempo remanente hasta el 8 de septiembre, podrían dedicarlo a completar el estudio de la física por el no tan sucinto Musschenbroek, si el catedrático de filosofía natural no lo había concluido y a 26. Además de esas ciencias, solicitaban mayor instrucción en la lengua griega, en las matemáticas y, sobre todo, en geometría, disciplinas que juzgaban muy convenientes para la mejor inteligencia de la física, y de la medicina «en el estado y perfección que hoy la conocemos». Para guías en el estudio de la geometría, sugerían los nombres de Cristián Wolf y de Tomás Vicente Tosca. Se cursarían en la cátedra de matemáticas27. Con ese bagaje de conocimientos previos a la espalda, el matriculado en medicina podría adentrarse cómodamente en el propio terreno. IJna vez en él, su texto insustituible sería el «que hoy se puede decir es la pauta y modelo de la enseñanza de la medicina en las escuelas más sobresalientes de este estudio. Su autor fue conocido por el mayor médico de su tiempo», Armando Boerhaave. El manual del famoso maestro de Leiden colmaba con creces la retahila de condiciones que habría de reunir, a su entender, un texto ideal de medicina, como las de haberse ocupado de las doctrinas de los griegos, de las observaciones de los modernos, de los experimentos, ya personales, ya de las mejores academias del continente, de los principios y fundamentos de la anatomía, etc. «Esas circunstancias todas concurren, sin duda, en la obra erudita del celebérrimo médico Hermán de Boerhaa­ ve». De complemento puede consultarse la obra de sus discípulos Alberto Haller («Instituciones») y Gerardo van Swieten («Estudio práctico»), «pues uno y otro entresacaron lo más precioso y útil, así de las doctrinas de los antiguos, como de los modernos». Para el estudio de la anatomía, 26. Juan Teófilo HEINECCIUS (1681-1741), Elementa philosophiae rationalis et moralis ex prindpiis admodum evidentibus insto ordine adornata. Accesere historia philosophica et index locupletissimus (Francofurti a. O. 1728), obra de la que editó por separado su primera parte, como un tratado de lógica, al que aquí se alude; Esteban Bonnot de CONDILLAC (1715-1780), Essai sur /'origine des connaissances humaines (Amsterdam 1746), Traité des sensations (Paris- London 1754). 27. Cristián W o lff (1679-1754), Elementa matheseos universae, 2 vol. (Halae Magde- burgicae 1713-1715); Compendium elementorum matheseos universae, 2 vol. (Lausannae et Genevae 1758); Tomás Vicente TOSCA (1651-1723), Compendio mathemático, en que se contie­ nen todas las materias más principales de las ciendas que tratan de la cantidad, 9 vol. (Valencia 1712 y 1757).

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