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LA REFORMA DE LOS ESTUDIOS FILOSOFICOS EN ESPAÑA.. 369 Entre física experimental y medicina veían un nexo interno paralelo al existente entre filosofía aristotélica y teología escolástica: tan interpenetra­ das y serviciales les parecían ambas «criadas» respecto de sus relativas señoras en el propio campo del saber. Era, por tanto, necesario introducir el estudio de tal física en Salaman­ ca, y servirse para ello del mejor manual. A la sazón estaba en boga, en toda Europa, el del newtoniano holandés Pedro van Musschenbroek, que había venido desplazando a los cursos de física cartesiana. En Italia había dado a luz una edición anotada del mismo, en 1751, el inquieto abate salernitano Antonio Genovesi. Los innovadores salmantinos pedían un compendio «breve, claro, exacto y metódico». Con estas dotes no encon­ tramos otro más apropiado, ni más acomodado para la instrucción de la juventud, decían a su universidad, que la obra de Pedro Mussembroeck (sic) Elemneta physicae conscripta in usus académicos, con las eruditas notas que se hallan en la edición de Nápoles de 1751, en dos tomos en octavo». Como alternativa, podía optarse por el compendio de S’Gravesande25. Su explicación correría a cargo del catedrático de filosofía natural y, sin haber­ la aprobado previamente, ningún estudiante podría bachillerarse en filoso­ fía con vistas a la medicina. Si debía seguir exigiéndose para matricularse en la misma el haber estudiado «un breve curso de lógica», su libro de texto habría de reunir, como el de física experimental, las cualidades de claro y sucinto, y aportar todo lo necesario para aprender a formar los conceptos y el manejo de las reglas dialécticas. Y, aquí, otro cambio no menos contrastante con el pasa­ do: «En esta materia nada deja que desear el tratadito de Heinecio intitula­ do Elementa philosophiae rationalis seu logicae». Este epítome de lógica del conocido jurisconsulto y manualista les arracancaba un aplauso tan desbordante como poco crítico: «Se puede asegurar que, en las pocas 25. Pedro van MUSSCHENBROEK (1692-1761), Elementa physices (Lugduni Batavorum [Leiden] 1729) e Institutiones physices (ibid . 1748) y Elementa physicae conscripta in usus académicos a Petro van Musschenbroek. Quibus nunc primum in gratiam studiosae juventutis accedunt ab alienis manibus ubique auctaria et notae, disputatio physico-historica de rerum corporearum origine, ac demum de rebus coelestibus tractatus. Editio altera Neapolitana, 2 vol. (Neapoli 1751); Guillermo Jacobo Storm van S’G ravesan d e (1688-1741), Physices elementa mathematica (Lugduni B., 1720-1721) y Philosophiae neivtonianae institutiones (ibid., 1723). Musschenbroek había conocido personalmente a Newton y S’Gravesande parece haber sido el primer profesor de su física en el continente. Sobre la idea vigente de las relaciones entre medicina y filosofía, puede verse la carta XII de O verdadeiro m étodo de estudar. En España habían defendido la medicina experimental, muchos años antes, Feijoo y, sobre todo, Andrés Piquer (cf. Jean SARRAILH, La España ilustrada de la segunda mitad del siglo XVIII, México 1957, 414ss); puede verse también nuestro Universidad y filosofía moderna en la España ilus­ trada. Labor reformista de Francisco de Villalpando (1740-1797), Salamanca 1989, 21 y 147.

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