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LA LUCHA DE LOS CAPUCHINOS CONTRA LA ESCLAVITUD... 303 No fue el caso en el siglo XVII. Los dos capuchinos desconocidos, como el pequeño David, se confrontaron con un batallón de los gigantes teólogos que defendieron la legitimidad de la esclavitud. Los dueños de los esclavos podían citar a los doctores de la Iglesia como San Agustín28y Santo Tomás de Aquino29 quienes aceptan la esclavitud como resultado del pecado. Los principales teólogos del siglo XVII defendieron de una manera u otra la esclavitud. Los más importantes fueron: Antonio Diana, Tomás Sánchez, Luis de Molina, Fernáo Robello y Diego Avendaño30. Admiramos la auda­ cia de los dos abolicionistas en desafiar a los poderosos dueños de los esclavos y a todos estos teólogos armados solamente con su confianza en Dios y la honda de su profunda convicción. Tanto el P. Francisco José como el P. Epifanio refutan ampliamente los argumentos de los teólogos en sus libros escritos en la cárcel31. La prueba de la calidad de sus argumentos está en el hecho que fueron absueltos de las acusaciones contra ellos. La Santa Sede nunca dijo que estuvieron equivocados en predicar que la esclavitud es injusta, ni cuando rechazaron absolución a los dueños de los esclavos si no querían liberar a sus esclavos. Además, en el año 1685, el cardenal Millini escribió al secre­ tario de Propaganda Fide que el Padre Parroto, uno de los más grandes teólogos de la Orden de Predicadores «me dijo haber encontrado muchas cosas que había que reflexionar y ser discutidas atentamente»... en los escritos del P. Epifanio32. Como vamos a ver en la próxima parte de este artículo, el caso de Francisco José y Epifanio no fue el único reclamo contra la esclavitud presentado a la Congregación de Propaganda Fide. A pesar de ser declarados inocentes, Fray Francisco José fue enviado al convento de su orden en Valladolid y Fray Epifanio al convento de Segovia con órdenes de no salir del convento por 6 meses para protegerles de «la envidia política de los mismos Ministros»33. Al cumplir los seis meses se fueron a sus respectivas provincias. Ellos pidieron regresar a las misiones34 pero las autoridades civiles jamás podrían dejarles regresar victoriosos a América para continuar su campaña contra la esclavitud, apoyados y forta- 28. Cfr. S. Agustín, De Civitate Dei, 19, 15. Madrid 1929, San Agustín considera la esclavitud como un hecho de la vida humana y una consecuencia del pecado. 29. Cfr. S. Tomás de Aquino, S. Th. II-II, q. 57, a. 3 ad 2 y q. 104, a. 6 ad 1. 30. Cfr. L ó p ez G a rc ía , o . c ., 76-99. 31. Cfr. ¡bid. 32. Carta del 12 de julio de 1685, en SCPF, Serie: Scritture riferite neo Congressi, T. 1, f. 290. Citado en L ó p ez G a rc ía , o . c ., 45. 33. SCPF, Serie: Scritture riferite nei Congressi, T. 1. f. 284. Citado en LÓPEZ G arcía , o. c., 46. 34. L ó p ez G a rc ía , o . c ., 44.

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