PS_NyG_1990v037n002p0297_0309
LA LUCHA DE LOS CAPUCHINOS CONTRA LA ESCLAVITUD... 307 un ramoso predicador, teólogo y canonista, Fray Giambattista de Sabbio gozó de la confianza del Papa Inocencio XI y a veces fue consultado por él. El 12 de marzo de 1685 Fray Giambattista presentó a Propaganda Fide un memorándum sobre la esclavitud con una lista de once proposiciones. Como hemos visto, parece que fueron los mismos formulados por Fray Francisco José mientras estaba preso en la Habana, Cuba43. En el memo rándum de los capuchinos las primeras siete proposiciones, no hicieron distinción entre esclavos cristianos y otros, como de costumbre, sino defen dieron el derecho humano de todas las personas inocentes de ser captura dos y vendidos44. Como hemos visto el Santo Oficio (20 marzo, 1686) y Propaganda Fide aceptaron las proposiciones. La última transmitió las decisiones a los nuncios, el obispo de Angola y otras autoridades eclesiásticas de España con instrucciones que habían de ser aplicadas por los sacerdotes y misione ros en sus diócesis45. La carta histórica del arzobispo Cibo de marzo 1684, como hemos visto fue una exhortación. La carta de 1686 superó los ambigüedades de la carta anterior con proposiciones claras y fu ertes sanciones. Si hubieran sido cumplidas, hubiera sido una victoria completa contra la esclavitud de los negros. Fue una hermosa reivindicación de los frailes Francisco José y Epifanio por parte de la Santa Sede. Desgraciadamente el monstruo econó mico de la esclavitud fue invulnerable a censuras eclesiásticas. Ni los segla res ni los religosos involucrados en la venta de esclavos negros pusieron atención. No sabemos cuándo llegó la instrucción de Propaganda Fide a Angola. Parece que el superior de los misoneros capuchinos en Angola, Fray Giu- seppe Maria de Busseto, conoció la instrucción antes de su carta a Propa ganda Fide del 8 de marzo, 1687. En la carta Fray Giuseppe indica que para él «es una tarea imposible eliminar el abuso de vender y comprar esclavos porque ahí los religiosos lo hacen, especialmente los jesuitas, que tenían una nave que iba cada año a Brasil llena de esclavos. Solamente su Eminencia con Su Santidad (el Papa) puede terminar con tal abuso escri biendo al Rey de Portugal de este problema»46. 43. Cfr. nota 26 de este ensayo. 44. Cfr. G ray, o . c., 809. El memorándum de los capuchinos no tocó la costumbre de conmutar la sentencia de muerte de criminales a la esclavitud, una práctica defendida por Santo Tomás como hemos visto. Atacó más bien la práctica de cazar, capturar y vender a negros inocentes que fue la fuente de casi todos los esclavos exportados a las Américas. 45. G ray, o . c., 38. 46. SCPF, Se. Africa, Angola, II, f. 92. Giuseppe Maria Busseto a los Cardinales, 8 de marzo, 1687, citado en G ray , o . c., 809.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz