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306 GREGORIO SMUTKO en su compra 41. Los capuchinos y otros misioneros han informado a la Propaganda Fide de muchos de los abusos y miserias en el comercio de esclavos, pero parece que la presencia de Lourenqo en Roma ha dado una nueva urgencia al problema. El punto de énfasis cambió del problema de como preservar la fe de los esclavos cristianos al complejo de males e injusticias en el comercio de esclavos y la cuestión fundamental de derechos humanos de los esclavos. Los cardenales decidieron actuar inmediatamente. Bajo sus instruccio­ nes, el Arzobispo Cibo escribió a los Nuncios diciéndoles que debían pedir a los oficiales españoles y portugueses que prohibieran estos abusos. El escribió a los misioneros ordenándoles instruir a la gente en la gravedad del pecado de la compra y venta de esclavos, asegurando a los cristianos que «aunque la abstinencia del comercio en esclavos les causaría la pérdida de alguna ganancia, sería mucho más grande el premio para sus almas si aceptan esta admonición»42. La carta fue un gran paso adelante porque identificó claramente como un pecado grave la compra y venta de esclavos, sin distinguir si son cristianos o no. Pero fue una exhortación dirigida a los misioneros que no tenían mucha influencia sobre los compradores y vende­ dores de esclavos. La contribución de Fray Girolamo a la lucha contra la esclavitud fue modesta cuando consideramos la magnitud de la opresión de los esclavos. Presentó a sus lectores en italiano, inglés y francés una hermosa descrip­ ción de cómo sus hermanos negros viven el mensaje de Cristo en Africa. Fue una contribución importante cuando consideramos los despreciativos esteriotipos de los negros comunes en Europa en el siglo XVIII. Sin darse cuenta, Fray Girolamo dio un arma valiosa a dos siglos de los abolicionistas con su referencia a la carta de Mons. Cibo. Además él representa en la historia el ejército de misioneros capuchinos y de otras congregaciones que sacrificaron sus vidas por sus hermanos negros en lugar de esclavizarlos. 3. L a curia general d e los ca puch ino s en el siglo x v n Un año después de que Propaganda Fide discutiera la petición del mulato brasilero, Da Silva, y de la carta del Arzobispo Cibo de la misma Congregación, los capuchinos en Roma atacaron la esclavitud en otro fren­ te, reclutando al Vaticano como una fuerte aliada en la guerra. Su General, 41. Cfr. G ra y , ibid. 42. Archivos de la Propaganda Fide, Lettre, 73, f. 8v 9. (6 marzo, 1684), citado por G ra y , o . c ., 806.

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