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LA GRACIA LIBRE, PERO NO NEUTRAL 285 Hay otra aclaración de Frassen sobre el sentido de este apetito innato ineficaz en su relación con la visión sobrenatural de Dios. La hace cuando niega que el hombre sea capaz de conocer naturalmente la posibilidad de la visión beatífica. Aunque todos los hombres, dice, llevan innata la ten­ dencia a la felicidad, no se puede deducir de ahí que una tal tendencia les haga llegar naturalmente a la unión inmediata con Dios33. La explicación que añade cuadra bien con el término antes consignado de apetito gene­ ral34. Este equivaldría a una inclinación o apetito activamente indetermina­ do. Frassen distingue ahora una felicidad natural, consistente en el conoci­ miento de Dios por las creaturas y en el amor correspondiente, y la felici­ dad sobrenatural en la visión intuitiva y en el amor inmediato y posesivo de Dios. El apetito natural sólo conduciría de modo determinado y distinto a la felicidad natural. Para llevar eficazmente a la felicidad sobrenatural se precisa la intervención también sobrenatural de Dios, que comienza en la luz de la fe 35. Adviértase que en este contexto Frassen pretende llegar a la conclusión de que no es posible conocer el fin sobrenatural a través del deseo natural. En tal sentido lo considera «no determinado y distinto», sin que ello signifique una indiferencia metafísica radical. En conclusión, la postura de Frassen en la cuestión del «desiderium naturale supernaturalis» no deja duda sobre su fidelidad de principio a la línea escotista: el deseo natural de la felicidad sobrenatural es una inclina­ ción ineficaz. , en el sentido de no poder conducir a su término sin la inter­ vención libre y sobrenatural de Dios. Es igualmente ineficaz para prolon­ garse en una tendencia consciente (apetito elícito), necesitando para ello la luz sobrenatural de la revelación, con lo que podría convertirse en un deseo determinado y distinto. Estas limitaciones no restan nada a la razón metafisicamente decisiva del apetito natural del hombre respecto del fin sobrenatural. Es una tensión ontològica que expresa la concordancia supre­ ma entre el ser intelectual y la comunicación inmediata de Dios en el cono­ cimiento y el amor. El supuesto contrario —de un fin natural como el único adaptado a la esencia del hombre—implicaría en lo más íntimo de nuestro ser una discordancia total con la elevación de la gracia, que 33. «...licet hominibus ingenitum sit desiderium beatitudinis, exinde non sequitur quod illud desiderium ferat naturaliter in intuitivam Dei visionem» (Ibid., p. 350). 34. Cf. arriba, nota 31. 35. «Cum enim duplex sit distinguenda hominis beatitudo, altera naturalis, consistens in perfecta Dei cognitione ex creaturis, et in amore consequenti talem cognitionem; altera super­ naturalis, consistens in visione Dei immediata et intuitiva; desiderium homini connaturale fertur determinate et distincte ad solam beatitudinem naturalem; ad visionem vero Dei imme- diatam non fertur homo tali desiderio, nisi quatenus ipsa innotescit per lumen supernaturale fidei» (Ibid.).

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