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La gracia libre, pero no neutral Hermenéutica difícil del escotista Claudio Frassen (t 1711) Tema viejo, y siempre nuevo, el destino del hombre como sentido últi­ mo de su existencia. Los caminos que, desde la filosofía y desde la teología, constantemente se emprenden en busca de una solución, convergen en un punto crítico al que nadie se puede sustraer: la fatalidad de la muerte envenena todos los discursos humanos. Y no hay otro antídoto que la esperanza humilde en la intervención de Dios para no vivir enconados en la desesperación o adormecidos en la inconsciencia. El cristiano, aun sin­ tiendo el aguijón de las inseguridades terrenas, alcanza con su mirada un horizonte trascendente. Su esperanza se funda en la fe, que presenta como un hecho ya real en la historia la salvadora intervención divina. «Por Cristo y en Cristo se ilumina el enigma del dolor y de la muerte, que, fuera del Evangelio, nos envuelve en absoluta oscuridad»1. Es una solución de vida que el hombre no puede lograr desde sí mismo. Es el don personal de Dios en Cristo que la teología califica de sobrenatural, significando así su origen absoluto en el amor espontáneo y libre de Dios, que no puede ser condicionado desde ningún reducto creatural. Pero la teología no puede renunciar a seguir profundizando en la es­ tructura de esta realidad revelada para hacerla más inteligible. Los tiempos hacen cambiar las perspectivas y a veces los términos. Así hay quien no se siente ya cómodo con la palabra «sobrenatural»; otros echan de menos la referencia explícita a Cristo en la profundidad misma del problema; se habla de «condiciones de posibilidad» o de bases de una antropología teológica, etc.2. En fin de cuentas se trata de expresar en términos inteligi­ bles el misterio de la trascendencia de la autodonación de Dios en Cristo, 1. Concilio Vaticano II, Constitución Gaudium et spes, n. 22. 2. Cf. por ejemplo, G. COLOMBO, Soprannaturale, en Dizionario teologico interdisciplina­ re, III, Torino 1877, 297ss; J. ALFARO, Cristologia y antropologia, Madrid 1973; J. A. DE LA PlENDA, El sobrenatural de los cristianos, Salamanca 1985; etc.