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256 FELIPE F. RAMOS IV . L a E piz ym ía ( = desiderium , concupiscencia ) Antes de entrar en la consideración concreta de los catálogos de peca­ dos vamos a tratar aparte, por su especial importancia y relevancia entre ellos a dos en particular: la epizymía y la pleonexia o codicia. La epyzymía designa en la filosofía griega la conducta errónea o inade­ cuada —nosotros la llamaríamos «pecaminosa»— del hombre; una con­ ducta que es contraria a su propia racionalidad. En el mundo griego es valorada éticamente, no religiosamente113. En el AT y en el judaismo desig­ na una conducta del hombre contraria a Dios, que exige del hombre la plena obediencia y el amor de todo el corazón 114. Para el judaismo helenista tanto epizymía como epizumein pueden de­ signar el pecado. Se nota la influencia del estoicismo y del desarrollo del judaismo. Las líneas son convergentes. Los LXX traducen mediante estas palabras las raíces hebreas atvah , desear, apetecer, y jamad , deleitarse con un deseo. Epizymia puede designar las apetencias bajas e impuras; la epizy- mia kallús expresa el deseo sexual del hombre (Prov 6, 25). Se utiliza la expresión en la historia de Susana... Para Filón de Alejandría designa la parte más baja del alma y uno de los cuatro principales afectos. La teología rabínica expresa el epizymein con verbos derivados de las raíces anteriormente mencionadas y en epizymía se halla subyacente el yeser jaraq , equivalente a la maquinación o formación del mal, aunque éste ex­ prese más un proyecto general que un impulso actual en su peculiaridad concreta. Puede aplicarse al comer, beber y hacer todo lo que le apetece al hombre. Se aplica también al adúltero o la adúltera115. En el NT tiene, a veces, un significado neutral, por ejemplo el deseo de comer que tenía el hijo pródigo (Le 15, 16); el deseo de hartarse de las migajas que caían de la mesa del epulón, por parte del pobre Lázaro (Le 16, 21); un fuerte anhelo por comer la pascua (Le 22, 15)... 113. La epizymía es todo esfuerzo desordenado en el que el hombre pretende llegar a sí mismo a costa de sus prójimos (U. WlLCKENS, La carta a los Romanos, Rom 1-5 , Salamanca 1989, 139). En sus orígenes griegos, la epizymía denota el apetito inmediato de la comida, de lo sexual y, de una manera general, cualquier tipo de apetencia. Al principio no era algo moralmente condenable. Desde Platón y los estoicos alcanza un significado especial: apetencia reprobable. En la Stoá es considerada como uno de los cuatro afectos principales, junto a edoné, el placer, fóbos , el miedo y lypé , tristeza-preocupación. Estos cuatro afectos principales surgen de la representación inadecuada de lo que es bueno o malo. Cicerón la define como cupiditas, libido , la apetencia de aquello que se opone a la templanza. 114. TWNTIII, 169. 115. TWNTIII, 170.

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