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DESFIGURACION DE LA VIDA CRISTIANA 249 cosas imposibles a sus cristianos. La comunidad cristiana no debe ser arrancada del mundo. Pero, dentro de la comunidad cristiana se impone, de forma absoluta, el principio de la separación y distanciamiento frente al pecado, en la línea de las «listas» que se construyeron con la finalidad de ofrecer una amonestación ética98. En cualquier caso, el Apóstol cuenta con la posibilidad de grandes pecados en la comunidad (1 Cor 6, 9; 10, 7. 14). En las comunidades cristianas existían frecuentes desórdenes que afec­ taban a la misma unidad, como consecuencia de la desobediencia a las amonestaciones de Pablo sobre la unidad y la santidad (2 Cor 12, 20s)99. I. O rigen y g én ero literario de lo s cataüogos de pecados Para identificarlos hay que remontarse a la época pre-cristiana. En su origen está la estructura de la conducta moral polarizada en torno a las cuatro virtudes cardinales y la tétrada de los vicios cardinales contrapues­ tos. En este hecho se apoyó la filosofía estoica para la clasificación de los catálogos de las virtudes y de los vicios. Dichos catálogos fueron utilizados por la filosofía cínico-estoica con fines didácticos, y fueron completados, ampliados, con la enumeración de otros pecados, que la praxis diaria con­ sideraba como graves y vitandos. Tanto en el helenismo como en el judaismo tardío (Filón de Alejandría, libro de la Sabiduría y cuarto de los Macabeos) fueron muy frecuentes. Influyó en la frecuencia —por lo que al judaismo se refiere— el desarrollo de la parénesis a partir del AT. En una casuística, bastante lograda a veces, se hace una ordenación paralela de virtudes y de pecados. En Qumran se añade a este principio de estructuración el esquema de los dos caminos (Sal 1) y otros conceptos fundamentales de la representación dualista del mundo: los dos espíritu, luz-tinieblas, verdad-mentira100... En el NT, particularmente en las cartas paulinas y en las de Pedro, se recurre frecuentemente a estos clisés o representaciones literarias101. Esto es una señal evidente de que eran utilizados como recurso literario normal en la predicación y en la parénesis con acentuaciones especiales, según los casos. Son particularmente ilustrativos aquellos casos en que dichas listas se hallan en conexión con los poderes determinantes de las mismas. Detrás 98. H. D. W en d la n d , Die Briefe an die Korinther , Gottingen 1954, DNTD, 41-42. 99. H. D. W e n d la n d , o . c ., 228. 100. S. WlBBING, Die Tugend - und Lasterkataloge im NT., 1959. Citado en Lexikon für Tbeologie und Kirche , Freiburg 1961, VI, in loco. 101. P h . VlELHAUER, Geschichte der urchistlichen Literatur, Berlín 1975, 51-52; Die Reli­ gión in Geschichte und Gegenwart , abreviado en RGG V I, 487.

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