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210 FELIPE F. RAMOS Queremos insistir en que dicho mandamiento nuevo y antiguo se iden­ tifica con la palabra «que habéis oído». Y «esta palabra que habéis oído» es una expresión sinónima del «evangelio». Exige, por tanto, fidelidad ab­ soluta a la misma. Lo contrario equivale a traicionarla y dejarla sin su eficacia salvadora (1 Cor 15, ls). n . F undamento d el amor mutuo La insistencia obsesiva en el mandamiento nuevo y antiguo le lleva al autor de la primera de Juan a descubrir el fundamento último de dicho amor: Dios es amor (1 Jn 4, 8b). El vocablo utilizado «agápe» es una acuñación cristiana que lleva en sí toda la revelación-comunicación de Dios en Jesucristo participada en los creyentes55. 2.1. E l fundamento último Sólo teniendo delante el texto completo podemos darnos cuenta del proceso del pensamiento del autor de la primera de Juan: Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor es de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no sabe nada de Dios, porque Dios es amor (1 Jn 4, 7s). La estructura del texto es la siguiente: — afirmación de la exigencia ineludible del mandamiento del amor (v. 7a). — Fundamentación de dicha exigencia: porque el amor es de Dios (v. 7b). — Consecuencia positiva de cumplirlo: todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios (v. 7c). — Fundamentación del mandamiento del amor mutuo expuesta de otra forma: porque Dios es amor (v. 8b). 2.2. Criterio de autenticidad El amor mutuo se halla fundamentado en que el amor es de Dios: el amor tiene su origen y fundamento en Dios. Por consiguiente, el amor mutuo es una demostración de que pertenecemos al mundo de lo divino. 55 . EWNT I, col. 24 y 27 especialmente, sobre Pablo y Juan.

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