PS_NyG_1990v037n002p0167_0273

DESFIGURACION DE LA VIDA CRISTIANA 189 adecuadas a las exigencias de Dios. Esta es la audición creyente, la predica­ ción de la fe, la obediencia de la fe 31. 2.4. E l ensayo necio de los gálatas En la carta a los gálatas, Pablo, en lugar de dirigirse a sus destinatarios saludándoles como «queridos», como «santos» o deseándoles la gracia y la paz, les expresa su «asombro», les llama «insensatos» y les amenaza con el anatema (Gal 1, 6; 1, 8s; 3, 1). Cuando el Apóstol utiliza expresiones de este calibre es que tiene buenas razones para ello. ¿Cuáles eran, en este caso? En realidad no había más que una: haber abandonado lo que consti­ tuía el centro de gravedad de la predicación paulina; no haberse mantenido fieles a la esencia del evangelio; haber desertado, en definitiva, del verdade­ ro y auténtico cristianismo. Así de grave era la cosa. Por eso les llama necios, insensatos32. Lo ocurrido en Galacia había sido tan grave que no tiene una explica­ ción natural. Esto es lo que pone de relieve la primera de las preguntas retóricas: ¿quién os fascinó?33. El contexto nos obliga a pensar más en miradas que en palabras, por­ que Pablo presupone que los gálatas, en cuanto creyentes, deberían estar fascinados por la visión de Cristo crucificado. De todas formas las palabras y las miradas son inseparables, al menos en este caso. Ambas ponen de relieve la fuerza con que los anunciadores del evangelio habían puesto ante los ojos de los gálatas el kerigma cristiano y la actitud respectiva de éstos mediante una audición creyente. Los enemigos del evangelio, los ju­ daizantes, habían hecho lo contrario, pero con idénticos resultados. Pablo describe la postura de los gálatas como una huida. Huyeron de un poder, 31. TWNT VI, 206-208. 32. El adjetivo griego correspondiente tiene el sentido de «ignorantes», faltos de visión o de comprensión, «mentecatos» en su sentido original de «aquel a quien han arrancado la mente». En todo caso, no indica sólo la limitación natural; acentúa, más bien, una deficiencia culpable y necia, insensata. En nuestro caso concreto designa la falta de visión o de compren­ sión de los gálatas en las cosas o en el terreno de la fe; la confusión del papel de las obras mandadas por la ley con el principio que nos hace agradables a Dios: lo que nos hace agradables a Dios es la fe, no las obras de la ley; la no valoración de la libertad de los hijos de Dios, determinados en su conducta no por la carne, sino por el Espíritu. Estos aspectos o distintas formulaciones del problema fundamental justifican que Pablo llame a los gálatas, por dos veces, «ignorantes». 33. El verbo griego que nosotros traducimos por «seducir», «fascinar» (= baskaino ), designa una especie de encantamiento, de embrujamiento, de fascinación o seducción que ha sido producida por determinadas palabras o miradas singulares, sin otro tipo de manipula­ ción: palabras o miradas seductoras que han apartado de su camino a aquel a cuyos oídos u ojos llegaron.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz