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184 FELIPE F. RAMOS — la determinación de la existencia cristiana desde la fe. La fe funda­ menta el nuevo caminar o la auténtica ética y moral cristianas. El habla de la «obediencia de la fe» (Rom 1,5; 16, 26), de una fe que es obediencia y de una obediencia que nace de la fe; — la exclusión del «gloriarse» o vanagloriarse en las propias obras: «el que se gloría que se gloríe en el Señor» (1 Cor 1, 31; 2 Cor 10, 27). Es la contraposición entre «la ley de las obras» y «la ley de la fe » 21. 2.2. La mentalidad de la época No comprenderemos la famosa frase paulina sobre la justificación si no nos situamos en su contexto histórico-religioso, que es el del judaismo rabí- nico. Aunque éste sea datado a partir del siglo segundo, en él cristaliza la mentalidad anterior y su peculiar concepción de la Torá. Para dicho judais­ mo, el contenido de la ley se resume en dos frases: 1.a Dios se ha revelado para siempre en la ley y sólo en ella; 2.a El hombre entra en contacto con Dios sólo a través de su relación con la ley22. Estas afirmaciones sentencio­ sas del judaismo rabínico establecen una diferencia fundamental en relación con el AT, que afirmaba la revelación de Dios a Israel. Desde ella, el pueblo de Israel se sentía obligado a la obediencia de su Dios. Ambas consideraciones son teóricamente válidas; prácticamente, el ju­ daismo rabínico desplazó la Torá de su centro y la refirió, principalmente, a la ley determinante de la voluntad y de la conducta del hombre. Al hablar de la importancia de la Torá, el centro del interés recae, en primer lugar, en el Pentateuco. Los demás escritos del AT reciben su auto­ ridad de él. Puede incluso afirmarse que los demás libros no contienen fundamentalmente otra cosa que el Pentateuco. Todo se halla contenido, al menos indicativamente, en él. La autoridad decisiva de la Torá deriva del inmediato origen divino del Pentateuco: «Incluso si uno dice que toda la Torá ha venido del cielo, a excepción de un versículo, que es de Moisés, se puede decir de él que ha despreciado la palabra de Dios»23. La Torá es una de las siete cosas crea­ das antes del origen del mundo. Teniendo en cuenta que la Torá es lo más precioso de todo, fue creada antes que todo. Esta autoridad divina la tiene la Torá en sí misma. No se somete al estudio de las causas o razones que la justifican: «En nuestra vida, ni lo 21. TWNT VI, 209 y 220-223; Exegetisches Wörterbuch zun NT, en adelante abreviado en EWNT III, col. 225. 22. TWNT IV, 1046. 23. TWNT IV, 1048.