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DESFIGURACION DE LA VIDA CRISTIANA 267 cristiano. Se oye con frecuencia que Dios se halla ausente de todos estos procesos de deshumanización. No lo creemos así. El castigo-amonestación divina está en la misma degeneración moral. El castigo del pecado es otro pecado 137. 6.3. Tercer grupo Sin conexión alguna con lo anterior, menciona Pablo los ocho pecados que ponen en peligro la convivencia de los miembros de la Iglesia y amena zan o destruyen la unidad de la comunidad. No se hallan en orden algu no 138. Significativamente aparece en primer lugar la palabra clave del gru po: «enemistades», ejzrai 139. Su uso en plural es hapax dentro del NT. Designa las enemistades personales de miembros singulares en las comuni dades cristianas, o las manifestaciones concretas de las mismas. Es una obra de la «carne». Aparece, en segundo lugar, la «discusión-disputa», eris. Es un término propio del epistolario paulino. Siempre connota la amenaza de poner en peligro la unidad. Pablo se enteró por las gentes de Cloe de las «disputas» existentes en Corinto (1 Cor 1, 11). Dichas disputas consistían en el parti dismo allí reinante. Nada más ni nada menos. Un poco más adelante nos habla de los partidos existentes en la comunidad (1 Cor 3, 3). La rivalidad- disputa con que algunos predicaban a Cristo (Fil 1, 15) apunta también, por razón del contexto, versículos 16-18, al peligro de la unidad y de la paz dentro de la comunidad. La eris es uno de los términos que aparece con más frecuencia en los catálogos de pecados. Es una obra de la «carne» (Gal 2, 20); un acto de in justicia (Rom 1, 29); una amenaza para la unidad (Rom 13, 13; Cor 12, 20). Eris aparece casi siempre emparejada con zelos. Este vocablo puede traducirse de distintas maneras: celo, ardor, rivalidad... con la connotación subyacente de «envidia». La palabra es casi exclusiva de Pablo. Falta casi por completo en la tradición de Jesús. Aunque, de suyo, pudiera ser un término neutral, casi siempre es utilizada «in malam partem» 140. Pablo habla de «el celo» en cuanto expresión típica de una conducta «carnal» en oposición al pneuma y el agápe; el falso celo que lleva a 3a persecusión 137. «Poena peccati aliud peccatum... peccata sequentia praecedentium peccatorum esse poenas». En C. Alápide, XVIII, 52-53 citando a los teólogos y, entre ellos, a San Agustín, a propósito del catálogo de pecados de Rom 1, 24ss. 138. H. S chlier , o. c., 252. 139. E. d e W it t B u r t o n , o . c., 304. 140. H. S c h lie r, o . c., 253.
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