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RESPUESTA ETICA AL DESAFIO ECOLOGICO 87 a sacar de la crisis ecológica a menos que encontremos una nueva religión... o que comencemos a redefinir nuestra vieja religión cristiana»24. Parece que White se inclina por la segunda opción cuando propone a S. Francisco de Asís como patrono de los ecologistas. Sin embargo, se equivoca cuando le presenta como un rebelde o un revolucionario espiri­ tual, que rompe con la tradición cristiana de la época. S. Francisco fue un hombre simple, sencillo, que no pretendió dar a la Sagrada Escritura otro sentido que la interpretación literal que se desprendía de su lectura. En realidad, la visión de S. Francisco no es nueva. Procede del Antiguo Testa­ mento, y sobre todo del Evangelio, que el santo capta y vive con autentici­ dad, sin concesiones a la realidad social, y sin forzar su sentido para legiti­ mar estructuras o situaciones económicas. Dubos piensa probablemente en White cuando afirma que la solución a la crisis ambiental no se encuen­ tra en el abandono de la tradición judeo-cristiana o en el rechazo de la civilización tecnológica, sino que se requiere una nueva definición de pro­ greso basado en un mejor conocimiento de la naturaleza y en la voluntad de cambiar nuestro estilo de vida25. Attfield, insiste en que no se puede achacar a la Biblia el despotismo del ser humano sobre las criaturas; piensa lo contrario: que hay en la Biblia una serie de principios que constituyen los fundamentos para una ética ambiental que, puestos en práctica, nos permitirían resolver los problemas ecológicos, sin necesidad de recurrir a normativas nuevas como proponen los partidarios de la «deep ecology». Aunque Attfield no precisa cuáles son esos principios, creo que se pueden indetificar tres de ellos que se repiten con frecuencia tanto en Sagrada Escritura como en la tradición cristiana: 1) el valor intrínseco de lo creado, 2) la idea del ser humano como administrador, y 3) la relación entre el hombre y la naturaleza. 24. Lynn WHITE, Jr., Historical Roots o f our Ecological Crisis, en Science, vol. 15 (marzo, 1967) 1203-1207. 25. Rene DUBOS, Un Dios interior, 149. 26. Robin ATTFIELD, The Ethics o f the Environmental Concern, Oxford. 27. Holmes ROLSTON III, «Values in Nature», en Environmental Ethics, vol. 3 (verano, 1981) 113-128; GODFRIEY-Smith, The Value o f the Wilderness, en Social Ethics, New York 1982, 112-115. 28. Paul & Ann EHRLICH, Extintion, New York 1981. 29. D ubos, Ibid., 33.

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