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RESPUESTA ETICA AL DESAFIO ECOLOGICO 97 tolerancia de lo sistemas ecológicos, etc.60. El Club de Roma, en sus infor­ mes de los años sesenta y setenta, hace una proyección muy pesimista del porvenir del mundo y recomienda como medio para posponer ese futuro apocalíptico el adoptar una vida de mayor austeridad: «Debe desarrollarse una nueva ética para el uso de los recursos naturales que traiga como resultado un estilo de vida compatible con la futura escasez que nos espera. Esto requerirá una nueva tecnología de producción basada en el empleo mínimo de recursos y en la duración de los productos, en lugar de procesos basados en la máxima producción. Debería ser orgullo el ahorrar y conser­ var, y no el gastar y desperdiciar»61. René Dubos, reconociendo los beneficios ocasionados por el consumo de energía en gran escala cree que la escasez de energía puede ser positiva tanto para la salud física como mental de los individuos, ya que demasiada comodidad nos apoltrona y empobrece nuestra vida psíquica disminuyen­ do el contacto con el mundo exterior62. Danserau comparte esta idea di­ ciendo que «la calidad de vida puede ser resguardada mediante el ejercicio de una alegre austeridad»63. Nuestra época tan rebosante de bienes económicos ha alterado los valo­ res, ha conformado nuestra actitudes y nos ha hecho creer que la felicidad del hombre se encuentra en el progreso material. Pero la felicidad no está en las cosas, sino en nosotros mismos, la felicidad no consiste en tener más, sino en ser más, en el crecimiento de uno mismo. Rescher estudió la relación entre progreso material y felicidad en la población de Estados Unidos y observó que el desarrollo material constituye una fuente de infe- lidad en la gente al incrementar las expectavias con mayor rapidez de lo que se pueden satisfacer. En su opinión, el progreso pone en marcha un ciclo de frustación en tres etapas: mejora de situación económica-escalada en las aspiraciones-decepción64. Para hacer frente al desafío ambiental, Eider se plantea la necesidad de un «ascetismo moderno», que no consiste en renunciar al mundo como los antiguos anacoretas del desierto, sino en la forma moderada de actuar en él, tanto en el uso de los bienes materiales, como en la aplicación de la 60. William OPHULS, Ecology and the Politicis o f Scarcity, S. Francisco1973, 9. 61. Donella H. MEDOWS, The Limits to Growth, 7.a ed., New York1980 y M. MESARO- VICH y E. PESTEL, La humanidad en la encrucijada, M éxico 1981, 189. 62. Rene DUBOS, Celebraciones de la vida, México 1985. 63. Pierre DANSERAU, Interioridad y medio ambiente, México 1981. 64. Nicholas RASCHER, The environmental Crisis and the Quality o f Life, en Philosophy and Environmental Crisis, Athens 1974, 90-104.

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