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CONFIGURACION DE LA VIDA CRISTIANA 65 del sembrador (Le 8, 15). Existen buenas razones para pensar que ambos textos lucanos son redaccionales, propios de Lucas; que no pertenecieron originalmente al relato: los otros dos sinópticos los omiten. En cuanto a la parábola del sembrador, lo caido (Le 8, 15), lo relativo a la paciencia-perse- verencia, se encuentra, no en la parábola, sino en la explicación de la misma, que es posterior. Y el texto sobre la paciencia-perseverancia para salvar la vida refleja también una situación posterior a Jesús, en la que los discípulos se hallan bajo el signo de la persecución. En labios de Jesús sólo aparece tres veces y la considera como condición de la salud (Le 8, 15; 21, 19; Mt 24, 13). Fuera de los evangelios la palabra aparece siete veces en el Apocalipsis y el resto pertenece al bloque epistolar. La paciencia es lo contrario al sí y al no, lo opuesto a la veleidad, al entusiasmo seguido del desaliento, al cambio de decisión motivado por circunstancias nuevas o por distinto aspecto o estado de ánimo. Es firmeza a la palabra dada en la fe. Por eso se halla muy próxima al concepto del consuelo: Pues todo cuanto está escrito, fu e escrito para nuestra enseñanza, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras estemos firmes en la esperanza. Que el Dios de la paciencia y de la consolación os dé un unánime sentir en Cristo Jesús (Rom 15, 4s). Pues si somos atribulados, es para vuestro consuelo y salud; si somos consolados, es por vuestro consuelo que se muestra eficaz en la tolerancia (el texto griego utiliza la palabra que nosotros traducimos por paciencia) de los mismo trabajo que nosotros pade­ cemos (2 Cor 1 , 6 )121. El mundo joánico desconoce la palabra. No la encontramos ni en el evangelio ni en las cartas. Sin embargo utiliza el verbo permanecer (ménein, en griego, y es bien significativo que el vocablo «paciencia», ypomoné, derive del verbo permanecer) para definir la característica esencial del dis­ cipulado cristiano: la permanencia en la unión con Cristo. La razón de aparecer, hasta siete veces, en el Apocalipsis es obvia: la situación de perse­ cución y de martirio que se halla presente en todas sus páginas obliga al Vidente a recordar la esperanza cristiana, que debe ser mantenida en la paciencia-perseverancia. La afirmación siguiente es bien significativa: ¡Ha llegado la hora de poner a prueba la paciencia y la fe de los creyentes! (Apoc 13, 10)122. 121. También encontramos textos en los que la ypom oné significa aguantar, soportar, pero se destaca siempre el aspecto de sufrir sin debilidad, porque la ypom oné suscita la esperanza (como el labrador que espera «pacientemente o con paciencia» la lluvia, Sant 5, 7s). Cosa que se acentúa aún más cuando se utiliza la palabra makrozymia. 122. La diversidad de posibilidades, dentro de una coincidencia fundamental, la ponen de relieve las distintas traducciones del vocablo en el mismo contexto en que es utilizado por la segunda de Pedro: el significado de la «paciencia» se entiende si se tiene en cuenta que

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