PS_NyG_1990v037n001p0007_0080

CONFIGURACION DE LA VIDA CRISTIANA 63 amor116; fruto de la lectura reflexiva de la Escritura (Rom 15, 4); un aspec­ to o efecto del amor (1 Cor 13, 4. 7). La paciencia se halla siempre bajo el influjo de la esperanza; ella es, al mismo tiempo, su desarrollo y la realización práctica de la vida moral, su logro y el fruto de la misma. De este modo, la paciencia, que participa en la luz y en la fuerza de la esperanza y que se ha convertido en magnificen­ cia, llega a ser el presupuesto para la posesión del Dios esperado117. Teniendo en cuenta las consideraciones paulinas sobre la ypomoné se notarán fácilmente las diferencias frente al mundo griego: en lugar de la makrozymia y de la ypomoné, ellos prefieren hablar de la constancia-^r/e- ría, subordinada a la valentía-virilidad-andreia. Pero más importante que la diferencia terminológica es la conceptual: el mundo griego excluye la ayu­ da de fuera y cualquier esperanza en un bien extraño o ajeno. Ella tiene y sostiene una autarquia total118. El aspecto negativo consiste en saber sobrellevar las humillaciones afrentosas. Lo humillante y deshonroso lo califica el N. T. de glorioso: Y nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y vuestra fe en todas vuestras persecuciones y en las tribulaciones que soportáis (2 Tes 1, 4). Este entrenamiento cristiano para «encajar» el dolor por motivos ajenos al que sufre se halla ausente de la valoración griega de la paciencia. Como tampoco cabe en su mentalidad que la pa­ ciencia sea un concepto fundamental en la actitud escatológica que debe mantener el creyente. Esta dimensión escatológica (Le 21, 19; Rom 15, 4; 2 Cor 1, 6; 6, 4...) es algo inadmisible para los sabios griegos. En contraposición al mundo griego, la seguridad de la paciencia-espe- ranza está, para los creyentes, en la comunión y en el seguimiento de Cristo y esto, a su vez, es inseparable del camino de la cruz. Más aún, este camino produce una intensa alegría porque se sabe partícipe en los sufrimientos de Cristo (1 Pe 4, 12). Como es impensable para la mentalidad griega que la tribulación sea motivo de gloria, porque ella opera la paciencia y ésta la virtud probada y la esperanza. De ahí que Kierkegaard considere a la pa­ ciencia «tan activa como pasiva, tan pasiva como activa». Todo esto es inaceptable para el mundo griego, que busca sabiduría... (1 Cor 1, 22 )119. La palabra griega como tal se halla determinada por el aqui y el ahora; la judio-cristiana descubre en el aqui y el ahora el camino que le lleva a 116. Reallexikon für Antike und Christentum, XI, 258. 117. C. SPICQ. Ypomoné, Patientia, en Re.Se. Phil. Theol 19 (1930) 95-106. 118. «Die Geduld ist Eroberung des eigenen Ich durch das Ich und für das Ich» (Realle­ xikon für Antike und Christentum, XI, 259. 119. RGG, II, col. 1243.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz