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CONFIGURACION DE LA VIDA CRISTIANA 57 sólo es utilizada otras tres: ante el procurador Félix, Pablo disertó sobre la «justicia, la continencia (el dominio de sí mismo) y el juicio futuro» (Act 24, 25). En la segunda carta a los Corintios la emplea el Apóstol para designar la autodisciplina funcional, puesta al servicio de una finalidad noble: ganar un campeonato o ser eficaz en el campo del apostolado (1 Cor 9, 25). El apóstol Pablo utiliza la forma verbal para designar la conti­ nencia sexual (1 Cor 7, 7. 9). En los evangelios es completamente desconocida. Y esto resulta verda­ deramente sorprendente si tenemos en cuenta las exigencias que imponen de moderación, de renuncia, de abstinencia de los placeres instintivos de­ sordenados. Puede pensarse, más en particular, en la figura de Juan el bautista, que es presentado en los sinópticos como un profeta agkratista104. La razón de la parquedad en el uso por parte del N. T. la tenemos en que la conducta cristiana sólo es imaginable como actitud de respuesta a la acción previa de Dios; no se halla exigida por una ética independiente; la templanza es considerada como uno de los medios necesarios para apro­ piarnos algo que nos es ofrecido. Esto es lo que distingue a la templanza cristiana de la griega. Para el N. T. todas las posibilidades morales derivan de nuestra unión con Dios (Gal 5, 22: Si vivimos del Espíritu, andemos también según el Espíritu). La idea es importante porque recuerda al creyente la necesidad de poner fronteras a sus instintos y pasiones105. Es la gran lección que debiera aprender nuestro mundo de la mentalidad y principios del mundo cultural griego y del cristiano: en lugar de provocar las pasiones y fomentar los instintos de todo tipo, debe aprender el difícil arte del auto-control y del dominio de sí mismo frente a todo aquello que no es necesario fomen­ tar porque tiene suficiente fuego en sí mismo. Aprender, en suma, a ser señores y no esclavos (Jn 8, 34). Aunque se presuma de hombre libre se es esclavo cuando quien manda en la persona no es la razón sino el instinto o la pasión del tipo que sea. Pablo quiere que el hombre nuevo se mantenga limpio frente a la impu­ reza sexual reinante, por ejemplo en Corinto, No obstante debe decirse que, en el conjunto de sus cartas, la templanza-egkrateia, en el sentido ascético, es un concepto que le es extraño106. La templanza es el autocontrol en el sentido más amplio de la palabra. Es lo contrario a la avaricia o la codicia107; es fuerza contenida —no debi- 104. TWNT, II, 340. 105. F. HaüCK, Die Kirchenbriefe, 87. 106. TWNT, II, 340, citando a Delling. EWNT, I, col. 915. 107. Ch. BlGG, The Epistles of St. Peter and St. Jude, 258.

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