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46 FELIPE F. RAMOS el mérito o pasar de aquella a éste: el mérito alcanzado por alguna acción singular y «virtuosa». La virtud se mueve en el terreno de la perfección. En el mundo griego destacan, por su proximidad al Nuevo Testamento y a nuestra mentalidad, otros aspectos de la virtud: a partir de los sofistas comenzó a ponerse de relieve el intelectual y, desde Sócrates y Platón, la palabra se cargó con un sentido moral, que influenció el concepto poste­ rior de la virtud y llegó hasta nosotros. La areté se convirtió en la palabra clave de la filosofía moral griega84. Del mundo griego, la palabra virtud, areté, pasó al mundo bíblico a través del judaismo helenista. En él adquirió cada vez más un sentido reli­ gioso: se aproxima al término «justicia» hasta el punto que, en algún senti­ do, son palabras intercambiables. La «areté» comienza a presentarse como la reguladora de lo que posteriormente serían llamadas las virtudes mora­ le s 85. El recuerdo de las grandes dificultades y persecuciones en tiempo de los Macabeos fue una ocasión preciosa para designar como «areté» la fid e­ lidad inquebrantable de los campeones de la fe en la vida y en la muerte (2 Mac 10, 28; 15, 12). Dicha fidelidad es efecto tanto del don de Dios como de la acción moral del hombre. También se habla, desde antiguo, de la areté de los dioses. Asi lo hace ya Homero86. Además de lo ya dicho, la virtud de un dios designa su automanifestación, la demostración de su poder. Fn el terreno religioso, esto es lo que justifica hablar de la aretalogia. La «areté» puede designar la felicidad, la prosperidad, el bien por el cual vale la pena luchar. A veces es sinónimo de gloria, doxa. De ahí expresiones como éstas: «Aquel que tiene virtud auténtica está por encima de lo que dicen los demás»; «la virtud y la alabanza en boca de los hom­ bres son fundamentalmente cosas distintas e incluso contrarias», es decir, la virtud no es jactanciosa87. Este es el contexto que nos permite llegar al N. T. La escasez de pasajes bíblicos en los que aparece la palabra areté constituye una gran limitación 84. TWNT, I, 458. 85. TWNT, 1,458. 86. TWNT, I, 458. 87. W. B a u er , Wörterbuch zum Neuen Testament, in loco. El recoge los tres significados fundamentales y ofrece las referencias que los justifican: 1.°) Virtud, en el sentido de conducta recta. En este aspecto es aplicable a cualquier virtud: la justicia, la piedad...; 2.°) Puede ser sinónima de «gloria y alabanza». Asi ocurriría en 1 Pe 2, 9: «para pregonar el poder, tas aretás», influenciado, al menos aparentemente, por Is 42, 12; 43, 21: el pueblo canta las alabanzas, tas aretás, de su Dios; 3.°) la demostración del poder divino o el milagro. Nótese v|iie cuando en la Biblia se habla del poder divino, la referenica es al poder salvífico.

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