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498 DIONISIO CASTILLO CABALLERO religiones de Africa, Madagascar, Oceanía y Australia, seleccionadas según unos criterios de interés especial y armonizados debidamente para evitar repeticiones indebidas. Todo este trabajo de selección, ha sido realizado, como es natural en estudios de este carácter tan amplio, por un Comité especial. Y que res­ ponde al deseo manifestado en la 2.a edicción: Ser «instrumento vivo mere­ cedor de la confianza del público» (p. 6). Al final de la obra, se presenta un Complemento bibliográfico para el estudio y la investigación en Ciencia de las religiones (pp. 1861-1874), en el que se proporcionan las informaciones indispensables para la utilización de la bibliografía presentada al pie de los diferentes artículos. Comprende: Instrumentos bibliográficos. Diccionarios. Enciclopedias. Historia general de las religiones. Siglas para «Biblia y judaismo». Colecciones y Revistas. Se añade una lista de artículos tratados por cada autor (pp 1875-1882) y termina, añadiendo, en la 2.a edición, respondiendo a un deseo reiterado de los lectores, un Indice analítico sectorial (pp. 1883-1889). II. V a lo r a c ió n c rít ic a ¿Qué juicio nos merece la presente obra? En el Prólogo a la segunda edición original francesa y que aparece, como es natural, en la edición castellana, Poupard afirma: «Por lo demás, el comité de redacción conti­ núa su trabajo de puesta a punto permanente, lo que hará del Diccionario de las religiones el intrumento vivo merecedor de la confianza del público» (p. 6). Consideramos muy oportuna esta precisión del director de la obra —oferta de apertura, imprescindible en esta clase de obras—. La puesta a punto permanente debe ser el desiderátum de esta clase de obras, si no quieren envejecer prematuramente, dado el constante proceso que se opera en el estudio del mundo de las religiones. Las anotaciones siguientes pretenden situarse en esta perspectiva: tratar de precisar algunos puntos que consideramos no bien matizados, no lo suficientemente logrados, completando aspectos de interés, dejados fuera de este Diccionario o que, según nuestro punto de vista personal, no han quedado bien clarificados... Pero sin olvidar, no obstante, lo positivo que se constata en esta obra que, sin duda alguna, destaca sobre todo lo que consideramos menos logrado.