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LA ANTROPOLOGIA DE LA ACCION DE ARNOLD GEHLEN 459 A juicio de Gehlen «es de necesidad vital que las necesidades y pulsio­ nes de tal ser funcionen en la dirección de la acción» (Véase E l hombre, p. 51). Y en Escritos sobre Antropología y Sociología, escribe de modo similar: «Las leyes de la vida pulsional humana forman una conexión que aparece con sorprendente lógica tan pronto como se las considera bajo el punto de vista de la acción»61. Respecto de las pulsiones hay que decir que para que el hombre pueda vivir es necesario un sistema exonerado de la presión del «ahora» corres­ pondiente que, en este caso, es la presión instintiva. Gehlen rechaza que las pulsiones humanas (subrayo lo de humanas) sean meras respuestas auto­ máticas, innatas (como los instintos animales) a la presión provocadora del presente o del ahora. Y esto, incluso, en el caso de las necesidades más elementales de la vida, como puede ser el de la necesidad de auxilio en momentos de apuro físico, o de hambre, etc. Las necesidades humanas, las pulsiones humanas, tienen que ser objetivadas (versachlicht); tienen que apuntar hacia lo duradero (auf die Dauer gestellt sein); tienen que estar orientadas hacia intereses duraderos (Dauerinteressen), lejanos (Ferninte- ressen); hacia comportamientos objetivos; y hacia las correspndientes acti­ vidades. Una necesidad elemental, por ejemplo la pulsión del hambre, ha de pasar sin límites rígidos a ser necesidad de encontrar v. gr. un lugar determinado y favorable para la alimentación, y a ser necesidad de realizar las operaciones procedentes para ello. Es decir, incluso las necesidades de tipo básico han de ser ampliadas a necesidades de obtención de los medios y de los medios de esos medios. Han de transformarse en intereses objeti­ vos. En definitiva, han de crecer a la par (nachwachsen) con las acciones. Partiendo de esta proyección de la vida pulsional humana hacia la ac­ ción son comprensibles, según Gehlen, varias peculiaridades de nuestras pulsiones humanas que nos ilustran sobre cómo ha de organizarse nuestro sistema pulsional, e incluso, nos dejan entrever puntos de vista originales de Gehlen sobre lo que en el lenguaje tradicional denominamos alma y nuestra vida interior. Como peculiaridades más importante de nuestro sistema pulsional, consigna Gehlen las siguientes: 1.a. La vida pulsional del hombre es consciente. 2.a. La vida pulsional del hombre es inhibible (Hemmbarkeit), diferible (Vers- chiebbarkeit), y tiene el carácter de la plasticidad. 3.a La vida pulsional del hombre es orientable (Orientierbarkeit). 61. Cfr. Escritos sobre Antropología y Sociología, 52. También, El hombre, 327 y ss.

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