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LA ANTROPOLOGIA DE LA ACCION DE ARNOLD GEHLEN 445 Y, un poco antes, en el mismo lugar, dice igualmente: «La cultura es, por consiguiente, la ‘segunda naturaleza’ lo cual quiere decir que es la naturaleza humana, elaborada autónomamente (selbsttätig) por el hombre, la única en la que él puede vivir. La cultura ‘in-natural’ (die ‘unnatürliche’ Kul­ tur) es el producto de un ser único en el mundo, que es también, él mismo, ‘in-natural’ (selbst ‘unnatürlichen’), es decir que, en contraposición al animal, es un ser construido en el mundo»40. Por consiguiente, hombre y cultura son lo mismo, según Gehlen. Pero, el hecho de la cultura denota actividad por parte del hombre. Hablar de la cultura en el hombre equivale a hablar del mismo como ser activo: «Definir al hombre como ser activo —o como un ser previsor o creador de la cultura—es lo mismo»41. «El mundo de la cultura es el mundo del hombre»42. El hombre, creando cultura, actuando, modifica la naturaleza; «Nosotros entendemos por cultura el conjunto de las condiciones de la naturale­ za dominadas, transformadas y modificadas por el hombre con su actividad y trabajo» 43 crea el mundo propio del hombre, frente al medio ambiente de los anima­ les; se crea a sí mismo; y puede mantenerse en la existencia o sobrevivir, como en seguida veremos. Este modo de ser activo, por el que el hombre se crea a sí mismo creando su propio mundo, atendiendo a ese proceso de creación o desarrollo de sí mismo puede definirse también como un «pro­ ceso de exoneración» (Entlastung), —en latín ex-onus—, como un proceso de descarga o liberación del gravamen o carga (Belastung) —como veremos luego al estudiar la organización, estructura, o construcción arquitectónica de lo humano—que significa de suyo la deficiente constitución morfológica del hombre. Finalmente, en relación con este carácter de la acción como exigida por la deficiente constitución orgánica del hombre, y de la acción como creadora de cultura y del hombre mismo, quisiera aludir a un aspecto que sólo he mencionado de pasada anteriormente al decir que, mediante la acción, el hombre busca mantenerse en la vida, busca prolongar su existen- 40. Ibid. 41. Cfr. La investigación antropológica, 49. 42. Cfr. El hombre, 38. 43. Ibid.; La investigación antropológica, 17.