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ROGER BACON: SUS IDEAS EXEGETICAS 283 das condiciones astrológicas, lo cual creía Bacon con relación al mundo musulmán, según el pasaje del Opus Maius que citamos a proposito del carácter sagrado de los números), sino que también son de alglún modo previsibles los sucesos singulares, como el nacimiento de Cristo. Y ésto, por otra parte, le parecía un argumento apologético de impor­ tancia. Nam non solum sic in universali investigant leges, sed determinant témpora inceptionum earum et finem aliquarum. Et hoc investigant per coniunctionem planetarum, et per revolutiones motuum eorum (...) [Según los astrólogos hay tres clases de conjunción de Saturno con Júpiter; máxima, mayor y grande]. Et una maior vel fere maxima fuit XXIV anno Augusti Caesaris, quam dixerunt sapientes astronomi sig­ nificare super legem Mercurialem futuram (...) refertur Ovidius Naso [se refiere a un apócrifo sobre la vida de Ovidio] docutus fuisse de hac comunctione, et ex eius disipositione prorupdsse in admdrationem sectae Mercurialis producendae in mundum per prophetam nasciturum de virgine absque maris commixtione, quam futuram esse praedixit post illam coniunctionem per annos sex, ita quod secundum ipsum nasceretur XXX anno Octaviani Augusti (...) Si enim resolvamus mo- tus Saturni et Iovis ad tempus illud, inveniemus eos fuisse coniunctos per medios cursos suos ante nativitatem Christi per sex annos, quin­ qué dies, et tres horas (Opus Maius, IV: Bridges I, 263-5). En resumen, el pensamiento baconiano sobre la aplicación de la astrología a la exégesis puede resumirse en dos tesis: 1.°) Puesto que hay una concordancia entre los acontecimientos astrales y los terrenales (aún los sobrenaturales), estudiando las leyes astrológicas podremos explicar más acabadamente cómo, cuándo y por qué han sucedido ciertos eventos, en nuestro caso, los narrados en la Biblia. 2.°) Las leyes astrológicas permiten explicar los fenómenos religio­ sos generales (aparición y destrucción de sectas) como también aconte­ cimientos particulares. Luego, en caso de duda sobre la cronología de estos últimos, deberá preferirse aquella que concuerde con las leyes astrológicas que rijan el caso. Por ej., debe fijarse el nacimiento de Je­ sús en un período de conjunción de Júpiter con Saturno, y una crono­ logía que coincida con ello, debe preferirse a una diferente. Como es fácil observar, la astrología resultará también útil para jus­ tificar lecturas «místicas» o sentidos espirituales de algunos textos apa­ rentemente inocuos; pero Bacon no ha hecho uso significativo de esta