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ROGER BACON: SUS IDEAS EXEGETICAS 279 cando las diferencias es desistir de la hipótesis tradicional del día 15 del mes lunar como fecha de la Pasión, adelantándolo uno. Entonces el día octavo de las kalendas de abril no es el 15 sino el 14 lunar, lo cual le parece compatible con un cómputo cronológico exacto. Y, final­ mente, concluye esta espinosa cuestión con un argumento de con­ gruencia: Quapropter videtur, quod Dominus fuit passus quartadecima luna. Et figura debet respondere veritati. Sed agnus Paschalis fuit occisus in lege quartadecima luna semper. Et si hoc est verum, tune Dominus praevenit Azyma; nam celebravit coenam in Azymis, secundum quod Ecclesia Latinorum utitur, auctoritate principis apostolorum fulcita. Et oportuit quod praeveniret propter Passionem suam (Opus Tertium, c. 57: Brewer, 223). Por cierto que hoy esta solución a medias e incluso el incorrecto planteamiento de la cuestión, no nos resultaría satisfactorio. Entre otras cosas, porque no es posible reducir la dificultad a un problema de certeza en los cómputos temporales, ya que hay otras incongruencias entre los textos que demuestran la existencia de diferentes tradiciones. Pero no podemos pedir a un exégeta del s. X III que tenga en cuenta esto que es materia bastaintíe reciente de estudio y de discusión libre, sobre todo en la Iglesia Católica. Lo que nos parece importante aquí son dos observaciones que le permiten llegar a su solución, material­ mente incorrecta, pero metodológicamente más fundada que muchas de sus contemporáneos. En primer lugar, critica, implícitamente, el postulado: un cristiano no puede dudar de la tradición. Efectivamente, era este un argumento muy utilizado para dirimir asuntos como el pre­ sente. Pero la tradición no puede oponerse a una constatación de evi­ dencia científica. Sobre todo cuando ella no es originaria. Por eso, en segundo lugar, nos parece importante al gradación establecida, también implícitamente en el último texto citado, entre las tradiciones: por muy venerable antigüedad que tenga la idea recogida por Beda, debe pesar más la tradición apostólica. Ahora bien, según ella y aplicando métodos «científicos» (el cómputo astronómico) resulta una diferencia, y en la alternativa, hay que estar por esta segunda opción.