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202 CELINA A. LERTORA MENDOZA tanto cometer crasos errores al tratar del arco iris y los colores. En estas polémicas, aunque los teólogos y los filósofos no tomaban parti­ do, por lo general los matemáticos le daban la razón 12. Su afán por obtener nuevas informaciones y datos era incansable, y le llevaba a preguntar a todos los sabios y hasta a los viajeros. Entre los hermanos, recibió información de Guillermo de Rubruck, quien en 1254 fue enviado por el Papa para una misión ante los tártaros, bus­ cando una alianza contra los musulmanes13. En Oxford, los profesores más ligados a Bacon fueron Ricardo Fishacre, Edmondo Rich, el maes­ tro Hugo y Robert Bacon. También conoció a Grosseteste, Adam de Marisco, Guillermo de Shyrwode y otros 14. De Roberto tomó ideas y métodos científicos y de su discípulo Adam aprendió las direcciones fundamentales de la teología oxoniense. Juan de Garlande (en Francia) fue quien lo interesó en las cuestiones gramaticales, las que éste a su vez había aprendido con Juan de Londres y Alain de Lille. De todos los maestros del continente, el más admirado fue Pedro de Marin- court15. Durante la estancia parisina Bacon incorporó a su metodología el sistema de la discusión canonista del sic et non y aprendió filosofía y ciencia antiguas. Vuelto a Inglaterra, fue lector de las Sentencias ha­ cia 1250 y sucesor de Tomás de York en 1256 16. Su interés por las ciencias empíricas y sus estudios más profundizados corresponderían al período de 1256 a 1266, cuando estuvo retirado de la vida académica. De esta época data su principio: experimentación de todo lo aprendi­ do, y su rechazo del argumento de autoridad, idea que retoma de Gros­ seteste 17. También en esta época esboza la idea de una gramática ge­ neral o universal, que tendría por objeto la búsqueda de los orígenes del lenguaje y la fijación de las constantes semánticas 18. Otra de sus propuestas en este período es su esquema de una historia comparada de las religiones, sobre la base de sus propios conocimientos. Sus nove- 12. Cfr. A. N arbey , a. c., 123. Pero no se limita a criticar a sus contempo­ ráneos latinos, sino que también opina negativamente sobre los árabes que no certificaron suficientemente sus dichos. Cfr. M. C. W elborn , The errors of the Doctors according to friar Roger Bacon of íhe Minor Order, en Isis 18 (1932) 26-62. 13. Cfr. Gratien de París, Historia de la fundación y evolución de la Or­ den de Frailes Menores en el s. XIII, Buenos Aires 1947, 577-578. 14. Cfr. F. Picavet, a. c., 653. 15. Ibid., 658. 16. Cfr. D. Sharp, Franciscan Philosophy at Oxford, Oxford 1930, 113. 17. Cfr. F. P icavet , a. c., 666. 18. Ibid., 670.

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