PS_NyG_1989v036n002p0195_0372
ROGER BACON: SUS IDEAS EXEGETICAS 267 Explicación del carácter sagrado de los números Esta función de la matemática en la exégesis se vincula con el sen tido espiritual o místico, y algo tendremos ocasión de decir en su mo mento. Por ahora hasta con afirmar que para Bacon no podía estable cerse ningún sentido místico «arbitrario», es decir, con desconocimien to de las particulares propiedades que han llevado a considerar «sagra dos» a algunos números. Inclusive, a veces es necesario también expli car por qué no sucede como debería ser según los cómputos. Un ejem plo interesante de ésto es el número apocalíptico 666, que en el Opus Maius IV resulta 663 (contra Apoc 13, 18, que pone claramente 666); por razones inexplicables Bacon no lee aquí correctamente la Escritu ra. Ahora bien, se trata de relacionar metafóricamente este número con la propagación islámica, y entonces resulta lo siguiente: Et nunc est annus Arabum sexcentesimus sexagesimus quintus a tem- pore Mahometi, et ideo cito destruetur per gratiam Dei, quod debet esse magnum solatium Christianis. Propíer quod laudandus est Deus, qui philosophis dedit lumen sapientiae, per quod lex veritatis conñr- matur et roboratur, et per quod percipimus immicos fidei destrui de- bere. Et huic sententiae concordat Apocalypsis XIII capitulo. Nam di- cit quod numerus bestiae est 663, qui números est minor praedicto per XXX annos. Sed scriptura in multis locis subticet aliquid de nu mero completo nam hic est mos scripturae, ut dicit Beda. Et hic for- san voluit Deus, quod non exprimereíur totailiter, sed aliquantulurn occultaretur, sicut caetera quae in Apocalypsi scribuntur (Opus Maius, IV: Bridges I, 226). Según Witzel97, debe tenerse en cuenta que Bacon escribía en el año 1266 ó 1267; 665 años del cómputo árabe equivalen más o menos a 644 del cómputo latino, y entre el nacimiento de Cristo y el comien zo del cómputo árabe pasaron 622, lo cual explica la diferencia. No obstante, lo interesante es que aún en este caso, límite, en que la ma temática parece contradecir lo revelado, se encuentra una hipótesis ad hoc: la simbología de los números no es nunca explícita en la Escri tura, y ello es así por designio divino, al que debemos inclinarnos. Vistas así las cosas, la ingenuidad inicial queda algo atenuada: ya no se trata de pretender obtener de las combinaciones matemáticas una regla certera de predicción o de interpretación de los números que apa- 97. A. c., 208 y nota 3.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz