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260 CELINA A. LERTORA MENDOZA fica que el derecho civil romano se subordine al canónico86, aunque ello no significa confusión de poderes. En definitiva, se trata aquí de un agustínismo remozado y adaptadlo a las exigencias sociales y eclesiás­ ticas del s. X I I I . Pero es justamente ese gran intento sintético lo ca­ racterístico de esta postura, frente a otras formulaciones fragmentaria­ mente semejantes que circularon en la escuela franciscana durante los ss. X I I I y X I V 87. Por otra parte, la necesidad de las creencias para la comprensión de la Biblia se debe al oscurecimiento de la primitiva revelación. Como este punto también es interesante, le dedicaremos al­ gunas líneas. La gran tradición de la primitiva revelación, la de los patriarcas , se ha ido perdiendo progresivamente, sin que fuesen suficientes para evitar este deterioro, las otras «revelaciones» (filosóficas: a Aristóteles y Averrores). Bacon se opone tenazmente, en virtud de esta corrupción, a la tendencia a dogimatizar la obra de los antepasados, sean santos o filósofos. En realidad su concepto acerca de los Papas y hasta de los Padres es bastante negativo. En el Opus Tertium, c. 9, hace numerosas alusiones al respecto y cita una serie de malos ejemplos en la historia de la Iglesia: Aarón y María, que se opusieron a Moisés, y por tanto, a los mandatos divinos, son tenidos por santos; Jerónimo, sin quererlo, por sus errores propios o ajenos tolerados, resultó- un corruptor de la Biblia, aunque no tan grave corno otros; los fanáticos enemigos de Gre­ gorio, a su muerte, quisieron quemar sus libros en nombre de la or­ todoxia, aunque son irreprochables; los doctores (filósofos y teólogos) parisinos viven en continuas e inútiles disputas sobre temas irrelevan­ tes, sin preocuparse de una verdadera reforma de vida..., etc. La lista podría ampliarse pero basta con lo dicho. Esto justifica la necesidad de volver al principio, estudiar las fuentes y experimentar, incorporan­ do esos resultados a nuestra flaca comprensión actual. Muchos autores ven en esta postura un Comte «avant la lettre» 88, aunque tales inter- 86. Un tratamiento de estas cuestiones en R. C artón , La synthése..., 84-85. 87. Así, por ej., dice E. G ilson , en Les métamorphases de la cité de Dieu, Paris 1957, 75 ss, que R. Bacon tuvo una visión de su tiempo, de la cultura contemporánea y de la «respublica fidelium» que incluía elementos fácticos, fuerzas e intereses que no eran del todo coincidentes con la Iglesia, y en particular parece haber previsto la transformación socio-política que va a oponerse a la idea de Cruzada. 88. Por ej., G. T issandier , I martiri della scienza, Milano 1884, que trata de varios autores según una idea central romántico-positivista: la ciencia es una emancipación del hombre de la doble servidumbre de la naturaleza y de la autoridad. La ciencia es vista como un esfuerzo progresivo frente a la ac-