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ROGER BACON: SUS IDEAS EXEGETICAS 257 que Bacon estaba en ello más adelantado que la mayoría de sus con temporáneos. Podrían aún añadirse algunas referencias más a estas anticipaciones baconianas, pero no hacen ya directamente al tema de la exégesis, por lo cual las omitimos. Resta por último exponer las razones concretas que da Bacon para proponer el estudio d>e las lenguas, en forma posi tiva y no sólo como crítica a errores ajenos, pero como ello está direc tamente vinculado a su idea de la búsqueda del sensus literalis como fundamento de cualquier exégesis, dejamos ese tratamiento para el co rrespondiente punto 2.1. 2. El estudio de las ciencias El interés por las ciencias no era puramente especulativo para nues tro autor. El fue ante todo un hombre de Iglesia, y es a ella, y a su for talecimiento y perfección, a la que se dirigen todos sus afanes. En esto, es verdad, fue poco comprendido, y resulta curioso que durante mucho tiempo fueron precisamente los sectores más anticlericalistas los que enarbolaron la bandera del «baconismo», el antidogmatismo y la liber tad de investigación. Algunos, como Brusadelli, han llegado a decir que si se hubiese seguido la vía trazada por Bacon «quizá la triple lucha que llevó la Iglesia contra el humanismo, el cientismo y el historicismo, habrían desaparecido, o se hubiesen atenuado»79. Este es un buen ejemplo de las dificultades y peligros de una aplicación simplista de las argumentaciones «si...» o contrnfácticas. Realmente no sabemos con certeza qué hubiese pasado si la síntesis propuesta por Roger entre saber profano y saber teológico se hubiese hecho realidad. Pero sí po demos deducir cuál hubiera sido su programa completo, si se le hubiese permitido cumplirlo. Por lo pronto, y en lo que hace a nuestro tema, una de las «aplicaciones» más importantes de los nuevos conocimientos científicos hubiera sido la exégesis. Y ésto porque para Bacon todo co nocimiento es una forma de iluminación, sólo que hay dos tipos de ex periencias iluminadoras; la de los sentidos exteriores (la filosófica) y la de la iluminación interior (divina o teológica)80. Esta iluminación es necesaria para conocer las verdades sobrenaturales, pero a su vez se 79. Cfr. M. B rusadelli , R. Bacon nella storia, II VII Centenario delta ñas- cita di Ruggero Bacone, a/c di A. G. Gemelli, en Rivista di Filosofía Neosco- lastica 6 (1914) 471 ss., parágrafo 27. 80. C fr. R. C arton , L experience mystique de Villumination intérieure chez Roger Bacon, Paris 1925, 8-11 y 11-12.
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