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200 CELINA A. LERTORA MENDOZA más que de saber deductivo. Las creaturas son espejo de la primera causa o Arquetipo, conforme con la doctrina platónica de las ideas; y de acuerdo al paralelismo agustiniano entre Escrito y creatura, así como hay una hermenéutica de la Palabra, en ella debe inspirarse la metodología científica 3. Los oxonienses continuaron esta tradición, y aunque se ocuparon activamente de las ciencias, siempre lo hicieron teniendo en vista una unidad jerarquizada de todo el saber, cuya cús pide está dada por la Biblia. Por la misma razón todos ellos admitieron el principio de que hay — además de la revelación bíblica— una revela ción existencial del Creador en la creatura, de tal modo que la natura leza divina aparece delineada en el mundo creado. Para el «hombre es piritual» ese simbolismo de las cosas que remite a su creador, es su ficiente, y lo demás es «vana curiositas» pagana. De allí el rechazo de las formas más «racionalistas» de la metafísica aristotélica y árabe (particularmente Averroes), aún aceptando algunas o la mayoría de sus teorías científicas. Estas influencias determinan la dirección de la Teología de la Es cuela de Oxford, que se separa claramente de la orientación sistemár tica y deductivista que seguirán los parisinos. Su Teología es funda mentalmente una Teología Bíblica, y éste era también el ideal de Bacon. En general suele identificarse esta corriente con la Escuela Franciscana, lo cual se debe a que de ella surgieron los principales maestros de la Universidad. Los franciscanos se establecieron en Oxford en el año 1224, es decir, dos antes que en París4. En 1229 Roberto Grosseteste abrió los cursos públicos en un convento construido por Fray Angelo de Pisa y muy pronto esta escuela se transformó en el centro de la Fa cultad de Teología de O xfo rd 5. En 1235 Grosseteste fue nombrado Obispo de Lincoln y abandonó la enseñanza, continuada durante diez años por tres seculares discípulos suyos. El primer franciscano rector de Oxford fue Adam Marsh, lector desde 1247 ó 1248 hasta 1250; le sucedió Ralph de Colebryge y a éste Eustaquio de Normandía. E l primer franciscano oxoniense que incorporó a su enseñanza filosófica y teológica toda la tradición recibida de los árabes y recientemente tra- 3. Así, por ej., Hugo de San Víctor y Guillermo de Conches. Cfr. R. J a - valet , Image de Dieu et natura au X llèm e siècle , en Filosofía délia natura nel Medioevo, Atti del 3.° Cong. Int. di Fil. Med., Mliano 1966, 27-65. 4. Los dominicos habían llegado antes, en 1221, pero la orden seráfica los aventajó en las preferencias académicas. Cfr. G. S arton , Introduction to His - tory of Science, Baltimore 1931, vol. II, part II, 543-544. 5. Ibid., 130-134.
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