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ROGER BACON: SUS IDEAS EXEGETICAS 247 en su tiempo y que quizá fuese el «Donatas graecus» de Juan de Ba­ singstoke, de la escuela de Grosseteste, famoso en la mitad del s. XIII. A continuación siguen largas listas de palabras cuyo uso Bacon con­ sidera erróneo. Aquí mezcla palabras científicas con teológicas y vulga­ res. Algunos ejemplos sobre este tema dimos antes, en el punto 1.1., apartado c), por lo que hace a vocablos de uso bíblico. Como Bacon —ni sus contemporáneos— conocía el hecho de una primitiva lengua indoeuropea, hace derivar todas estas palabras latinas indistintamente del griego, lo cual le quita buena parte de su valor, porque además las toma en el sencido del griego tardío, según las gramáticas que conocía. En la Cuarta Distinción se ocupa de los diptongos, tema que tam­ bién trata, coa referencia a errores de traducción, en el Compendium Studii Philosophiae, coincidiendo en muchos de los ejemplos. La tesis central baconiana sobre los diptongos es que se deben pronunciar como una sola vocal (Hirch, 83-84). A continuación, como en el caso ante­ rior, pone una serie de palabras latinas, a su entender ortográficamente erróneas, por no haber atendido a su uso en griego y a una correcta regla de derivación. Por lo que respecta a palabras de uso bíblico o exe- gético, dimos ya algunos ejemplos en 1.1., apartado d). Las fuentes de la Distinción Quinta son Herodiano (xaftoXixT] xposcnSía) y Theo- dosio (resumen del anterior en xávovsc; xafroX'XTjc), según los es­ tudios de Walle 70. La Distinción Sexta trata sobre la cantidad, pero no tiene un desa­ rrollo sistemático, sino que se limita a presentar listas, por orden alfa­ bético, de nombres a los que se aplican las reglas de la cantidad. Estas listas tienen ciertos paralelos con otra presentada en el Opus TerHum (Brewer, 257-264), pero no se toman palabras de interés exegético, sino vocablos en general, y más bien de uso vulgar. Una sección de esta Distinción está dedicada al estudio de los espíritus, que parece tomado (o a la inversa) del Compendium Studii Philosophiae (Brewer, 509- 511). Al parecer, una de las faltas de ortografía más corrientes entre los latinos era el uso de la aspiración. En este punto trae una serie va­ ria de palabras que suelen escribirse erróneamente por no tener en cuen­ ta la derivación del espíritu áspero griego. Las que tienen relación con textos bíblicos o escritores sagrados están repetidas en el Compendium Studii Philosophiae y las hemos citado en el punto 1.1., apartado b), como Hierusalem, y semejantes. 70 . Ibid., 63 .

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