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ROGER BACON: SUS IDEAS EXEGETICAS 199 estudio del lenguaje como un hecho (las práctcias lingüísticas del pue­ blo) sino también el análisis etimológico, sintáctico, prosódico y orto­ gráfico. Así resulta que el lenguaje es el órgano más importante para las interpretaciones teológicas, y la lógica formal era su método casi exclusivo, ail medios paira la teología «sis¡tfemática». Pero los representan­ tes de la Escuela de Oxford en general no eran partidarios de centrar el estudio de la Teología en un sistema conceptual ajeno a la Biblia, como las Sentencias de Pedro Lombardo o cualquier otra obra seme­ jante. De allí que sus productos sean casi todos comentarios —más o menos libres— a diversos paisajes o a libros enteros, al hilo de los cua­ les se desarrolla la doctrina. Esta orientación exigía precisar los instru­ mentos exegéticos para evitar el deslizamiento de errores. Roger Bacon comulgó con todos estos principios. En primer lugar, siendo sobre to­ do un estudioso de las ciencias, las ordena a la finalidad superior de interpretar la Escritura, que contiene toda la sabiduría asequible al hombre. Y si bien todas las ciencias, en este sentido, están subordina­ das a la Teología, más particularmente instrumental es la gramática, cuyo dominio permitiría mayor corrección del lenguaje y por ende de muchas cuestiones semánticas subyacentes a las divergencias interpre­ tativas. La idea baconiana de la posibilidad de una gramática general básica, común a todas las lenguas, no es sino resultado de llevar los postulados de la Escuela hasta sus últimas consecuencias. Sin embargo, él mismo no fue un exégeta, y no escribió nada que pueda considerar­ se un auténtico comentario a pasajes escriturísticos. Sus referencias son más -bien ejemplos, dispersos en su obra y muchas veces con ocasión de temas no teológicos. Si nos interesa para la historia de la exégesis, es sobre todo porque intentó dar un fundamento teórico y general a la forma de trabajo de sus compañeros, y fijar ciertos principios básicos con arreglo a los cuales debe emprenderse la labor exegética. En ese sentido sus propuestas conservan aún buena parte de su valor. 2.°) Orientación agustiniana Durante el s. X II, y antes de la introducción del corpus aristoté­ lico completo, el agustinismo platonizante fue la visión unánime de filósofos y teólogos. La Teología se basa en conceptos fundamentales extraídos de la Sagrada Escritura y no en construcciones deductivas, como sucederá luego con las grandes sumas. Las escuelas de Chartres consideran las cosas sensibles según una inteligibilidad que las viene del Verbo, por eso el mundo es un mundo de contemplación mística

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