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ROGER BACON: SUS IDEAS EXEGETICAS 243 fuerit. Quaiprapter damnari debet textus modemorum in loco, et an­ tiquitas revocari (Opus Minus: Brewer, 332-333). Por último, acude también al argumento de autoridad, citando las opiniones de dos autores más antiguos y muy respetados: Agustín y Beda {ibid., 332). Por el ejemplo expuesto, se puede apreciar que Bacon tenía ideas substancialmente correctas sobre la labor de crítica textual, y que su interés en ello no era puramente teórico o metódico, puesto que si bien denuncia similares defectos en textos científicos, no se toma el trabajo de corregirlos tan acabadamente. Estas cuestiones de tipo gramatical deben, pues, ser consideradas como intentos exegéticos, aislados, asis- temáticos, pero que permiten inducir las reglas teóricas generales de toda exégesis bíblica, pues sus principios quedan bien claros. 1.2. La gramática Los males y deficiencias denunciados largamente por Bacon, y que acabamos de considerar, pueden remediarse sólo con el estudio serio y científico de las lenguas. Este comprende a su vez dos pasos: primero, la fijación de las reglas propias de cada lengua, es decir, su gramática; en segundo lugar propone una investigación generalizada sobre las fun­ ciones semánticas, que le lleva a postular una gramática universal que contendría las reglas básicas de todo lenguaje humano. En este aparta­ do nos ocuparemos sólo del primer punto. Bacon escribió una gramática griega bastante completa, y realizó algunos esbozos de la hebrea, aunque en realidad sus opiniones sobre esta lengua más bien se contienen, dispersas, a lo largo de su obra. Por lo tanto, vamos a referirnos específicamente a la gramática griega, que ofrece puntos de interés para nuestro trabajo. En primer lugar hay que tener en cuenta que ésta no es una obra unitaria, sino que la edición que actualmente poseemos (Hirch, 1902) es la transcripción de dos variantes: 1. La llamada «Oxford Greek Grammar», del Corpus Christi College (M.S. 148) y que comprende las páginas 3-182 de la edición de Hirch. 2. Una versión abreviada, conocida como «Cambridge Greek Grammar», que corresponde a las páginas 184 a 196. Quizá en la intención baconiana inicial estuviese la idea de tratar otras lenguas bíblicas, de allí que al comienzo diga: Primus hic Liber voluminis grammatici circa linguas alias a latino qui est de grammatica graeca ( Gram. G r Hirch, 4),

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