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236 CELINA A. LERTORA MENDOZA niendo y variando parcialmente sus sentidos, y que ello debe tenerse en cuenta al traducir, conserva aún su valor. — Significado de «ave». También aquí se Intenta una significación derivativa que no tiene en cuenta la diversidad lingüística: Similiter aestimat vulgus quod ave dicatur ab a, quod est sine, et ve, quod est ve. Sed hoc est falsum, quia ave est puré Latinum, et ideo a Graeco non derivatur. Deinde in Graeco e s t i p e pro ave; et nullum vocabulum ejusdem significationis est in Graeco conveniens in voce cum ave, quod oportet observan in derivativis; quia conveniunt in principio cum voce primitivi, licet differant in fine (Comp. Stud. Phil., c. 7: Brewer, 452). Trae además Bacon otros ejemplos, no ya teológicos, de palabras interpretadas según falsas derivaciones, como helios, auriculum y otras, que no interesan a nuestro tema. En todos los casos la consecuencia es la misma, que en general enuncia como sigue: Deinde possumus considerare errores istorum in Graecis et Hebraeis ubi servant interpretationes Graecas et Hebraeas, sed tamen corruptas, in quibus in scriptura et pronuntiatione vocum corrumpitur cum sensu et linterpretatioíne. Et jam in tantum valuit u js u s eorum, quod aniñes homines modo credant multa falsa, et totum vulgus corrumpitur, et mutantur Scripturae authenticae et antiquae (Comp. Stud. Phil., c. 7: Brewer, 452-453). d) Errores de ortografía La mayoría de este tipo de errores proviene de una equivocada transliteración, en las palabras latinizadas provenientes del griego o del hebreo, o incluso en palabras de autores clásicos latinos, que se han ido corrompiendo con el uso. La solución es acudir a las reglas grama­ ticales para saber cuál es la escritura correcta. Es decir, Bacon admite implícitamente el principio de la unidad ortográfica, mientras que mu­ chos de los latinos no lo tenían en cuenta. Según tales reglas, es posible determinar la cantidad de la sílaba (según que la vocal correspondiente sea larga o breve) y de allí se deducen las reglas de transformación. En el Comp. Stud. Phil., c. 7 (Brewer, 453-463) aduce muchos ejem­ plos de este tipo, pero, abreviando, vamos a exponer solamente dos que ilustran suficientemente sobre el uso que Bacon reservaba a las re­ glas gramaticales en este aspecto.

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