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ROGER BACON: SUS IDEAS EXEGETICAS 231 b) Errores gramaticales Esto sucede sobre todo con relación al hebreo, donde la translitera­ ción y la intelección de la palabra original ha sufrido graves tropiezos. Estos errores de escritura conllevan una confusión acerca de su signifi­ cado, o bien lo tornan ininteligible. Damos a continuación las palabras hebreas que Bacon recoge y que presentan este tipo de problemas gra­ maticales, cuya consecuencia es un oscurecimiento semántico: Abba - Abel - Adonay - Alaph - Alleluja - Alma - Amen - Barabas - Batus - Bethsabee - Barsabee - Cubus - Casias - Cherub - Dalila - Erabon - Gehenna - Jubeleus - Mamona - Nabulum - Osanna - Paseha - Pharao - Sabbatum - Saphirus - Saraballa (más bien caldeo que hebreo) - Sathan - Seraphim - Sicera (Com. Stud. P h i l c. 7: Brewer, 445-446). Además, hay que tener en cuenta que ailgunos nombres, siendo he­ breos en su origen, se han latinizado hasta el punto de seguir las reglas de transformación fonéticas y gramaticales de esta lengua. No obstante, en otros aspectos deben conservar también las hebreas. Por ej., dice Bacon: Hieremias, Hierico, Hierusalem, Hieronyntus y otras semejan­ tes deben llevar su primera vocal aspirada. Magdalena y Maña, ahora latinos, son originalmente hebreos. Jesús, por su parte, es un nombre de origen hebreo, pero propiamente sería Josué, y en griego Yesus, mientras que los latinos dicen Jesús (Ibid.: Brewer, 444). Esto demues­ tra que las palabras sufren modificaciones morfológicas al pasar de una lengua a otra y hay que tener cuidado con las falsas sinonimias. Por último, da dos ejemplos de nombres que son equívocamente hebreos o latinos: justus y Niger (Ibid). El resultado de no tener en cuenta estas observaciones gramatica­ les, ha conducido a muchos errores, que en pro de la brevedad reduce a tres generales: 1. Considerar como originales de una lengua palabras que provienen de otra; 2. equivocar, por consecuencia, sus etimolo­ gías; 3. escribirlas y pronunciarlas erróneamente, aumentando la con­ fusión: Similiter sunt nomina Chaldaica et Arabica innumerabilia. Sed quia haec magis extranea sunt et brevitas me cogit, ideo de illis supersedeo ad hanc horam. Considerandum est igitur quaestio de vocabulis dictis. Vulgus Latinorum cum capitibus suis multipliciter oberrat; primo, quia aestimat esse Latina, vel Graeca, vel Hebraea, et e converso, quae non sunt; secundo, quia derivationes falsas et interpretationes facit et etymologias in his; tertio, quia falsa pronuntiat et scribit, et praecipue

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