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230 CELINA A. LERTORA MENDOZA no es sólo válido para la traducción bíblica, sino en general para todos los textos antiguos. Bacon da una serie de palabras, alfabéticamente or­ denadas, de nombres científicos latinos derivados del griego pero ya con sentido diverso al original ( Comp. Stud. Philos., c. 6: Brewer, 441- 443). Por su interés para conocer el grado de detalle al que Bacon ha­ bía descendido en su análisis de este punto, transcribimos, en su tota­ lidad, la lista de palabras eclesiásticas latinas de origen griego y diver­ sa significación en la lengua de origen: Ecclesiastica vocabula sunt agios, sanctus; anachorita, anathema, án­ gelus, archangelus, archiepiscopus, Antichristus, apostata, apostasia, apostolus, athanatos immortalis. Baptizo, baptisma, baptismus, balista, Masphemo, blasphemus. Canon secretum missae, et deoretum et regu­ la; canonicum, catechuminus instructus; catholicus, encaenium dedi- catio ecclesiae et hujusmodi. Charisma donatio gratuita; chorum cae- tus psallentium. Chrisma, Christus, Chrysostomus. Deus, diabolus, dia- conus. Ecclesia, eleyson, elementa, episcopus, epiphania phanum tem- plis. Gregorius, heremita, haeresis, hymnus, hypocrisis, hypocrita. Imas nos idolum, idolatria, idolaticum, ierithia, ierithicos. Kalenda, kalen- darium. Laicus. Martyr, martyrium, mausoleum, melos, melodía, me­ trópolis, monachus, mysterium, mysticum. Nicholaus. Omelia, ortho- doxus. Paradisus, parasceve, patriarcha, pentecostes, psalmus, psalmo- dia, psallere. Sarcophagus, symbolum, symphonia, synagoga. Tyara, m itra pontificalis; theos, thymiama, quod est incensum. Sunt autem innumerabilia, sed haec gratia exempli ista vice (Comp. Stud. Phil., c. 6; Brewer, 444). A éstos además habría que añadir los nombre latinizados de los li­ bros bíblicos: Genesis, Exodus, Leviticus, Deuteronomium, Paralipome- non, Psalterium, Evangelium, Apocalypsis (ibid.). — Casos de derivación semántica del hebreo, con modificación del sentido original. Todos estos casos son palabras de la Biblia que se han transliterado en la lengua latina, a veces con modificaciones en la pro­ nunciación (por ej., dice Bacon que el vulgo solía pronunciar «Dalida» en vez de «Dalila»: Brewer, 445). Pero en muchos casos han adquirido un sentido antonomástico ajeno a su origen: así Amen con significado de «fiat»; Barabas por «ladrón»; Cherubim es originalmente un plural usado en latín como singular, etc. En todos estos casos hay que aten­ der a estas modificaciones para evitar errores de interpretación.

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