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214 CELINA A. LERTORA MENDOZA cerla). Por lo tanto, nuestro estudio se compondrá de dos partes; en la primera analizaremos los instrumentos que, siendo necesarios a la exegesis, no se confunden con ella: el análisis lingüístico y las discipli­ nas científicas particulares. En la segunda parte abordaremos las pro­ puestas exegéticas. Tampoco escribió Bacon un tratado completo sobre este tema, aunque dedicó a él varios párrafos de su Compendium Stu- dii Theologiae; hay, además, observaciones de interés y valor disemi­ nadas en toda su obra, particularmente en el Opus Maius. Considera­ mos que estas propuestas pueden agruparse en tres tópicos. En primer lugar Bacon describió una labor exegética que tuviese por fin la mayor fidelidad al original, cuyos caracteres se deducen a contrario sensu de sus críticas a diversos autores, anteriores y contemporáneos suyos. En segundo lugar tenemos una crítica a la exégesis basada en la búsqueda de los «sentidos bíblicos» tradicionales, que también se deduce, nega­ tivamente, de sus críticas a los ignorantes de las lenguas y las ciencias, que inventaban sentidos inexistentes y significaciones absurdas, y posi­ tivamente de su propuesta del uso de las ciencias particulares para de­ ducir el sentido literal exacto, que es fundamento de todos los otros. Y en tercer lugar, otro conjunto temático se vincula a la construcción de una Teología Bíblica, cual fue siempre el ideal oxoniense, que nunca se sintió cómodo organizando la enseñanza teológica a partir de las Sentencias. Esta propuesta tiene, pues, un primer peldaño que le es co­ mún a todo el grupo y que comprende tanto la modificación del plan académico como de la catequesis y la predicación, y un segundo paso, más específico de Bacon (aunque con algunos elementos comunes a otros oxonienses, como Grosseteste y Peccam) que se encuadra en un plan más vasto y ambicioso, que intenta una reforma total de las estructuras eclesiales. Los INSTRUMENTOS DE LA EXÉGESIS Ya indicamos en la Introducción que Bacon no habla propiamente de disciplinas instrumentales sino que las ordena jerárquicamente, co­ locando en su cúspide la moral cristiana y a ésta en solidaridad y armo­ nía con la recta comprensión de la Escritura, labor reservada a la exé­ gesis. No obstante, podemos nosotros hablar de disciplinas instrumen­ tales en el sentido ya apuntado: aún cuando ellas no son propiamente exégesis, son necesarias para la misma. Esta necesidad, a su vez, tiene diversos matices. Algunas disciplinas son necesarias en razón del texto

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